Esquivar la obligación de utilizar el cinturón de seguridad mientras se conduce es ahora más difícil. La Dirección General de Tráfico (DGT) está activando la vigilancia del uso de este dispositivo a través de cámaras instaladas en las carreteras. Actualmente, Tráfico está probando tres cámaras en la A-1, A-2 y A3, en Madrid, pero la idea es que a lo largo de este año, 270 cámaras puedan controlar que se lleva puesto el cinturón.
Las imágenes que captan las cámaras son enviadas telemáticamente al centro Estrada de León, donde se comprueba que efectivamente se circula sin cinturón. Posteriormente se envía el boletín de denuncia al titular del vehículo para que identifique al conductor.
Esta iniciativa no ha sido bien recibida por Automovilistas Europeos Asociados (AEA) ya que es de
“dudosa legalidad” , puesto que no se advierte a los conductores de la ubicación de las cámaras, como ocurre con los radares y porque “ nadie controla si el patrón que se sigue es correcto, y una foto se puede manipular por lo que desde el punto de vista jurídico se puede cuestionar”.
Además, según AEA con esta medida “no se persigue ningún fin pedagógico porque no se para en el acto al conductor, sino que sólo se pretende mejorar la productividad sancionadora con una máquina que funciona las 24 horas del día”.