Vivimos en ciudades ‘ahogadas’ por la polución y es prioritario consumir menos combustible. Practicar un estilo de conducción eficiente –sin acelerones ni frenazos, con velocidad constante– disminuye el consumo de combustible una media del 15%, reduce la emisión de CO2 en la misma medida y también la de otras sustancias nocivas para el medio ambiente y para la salud.
¿Sabía que un solo litro de gasolina o gasóleo consumido emite a la atmósfera entre 2,35 y 2,6 kilos de CO2? Pero, además, una conducción inteligente y responsable aporta otros grandes beneficios: más seguridad y confort dentro del vehículo durante la marcha, menor desgaste y ahorro en mantenimiento de la mecánica –frenos, embrague, neumáticos, motor, caja de cambios…– de su vehículo.
Le detallamos los principios básicos de la conducción eficiente.
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