La prensa ha filtrado que directivos de la CRTVE han recibido sobresueldos, pluses, incentivos o bonus (como quieras llamarlo) a costa de la masa salarial de la que todos percibimos nuestros sueldos. La Dirección lo ha confirmado justificándolo como «compensación por resultados de especial calidad y eficiencia en el trabajo, rendimiento excepcional» amparándose en el artículo 68.1.3 del II Convenio Colectivo y la instrucción 2/1993.
En este caso el ‘bonus’ responde al «crecimiento de la audiencia continuado desde hace más de tres años y en el liderazgo de los telediarios”. Y para evitar piques y envidias añade que estos premios de gestión «se alinean con el resto del personal de la corporación».
Han puesto en evidencia el narcisismo y egolatría de su gestión, porque el aumento de la audiencia no se debe única y exclusivamente al trabajo de los directivos. Algo tendrán que ver los trabajadores que desempeñan sus tareas a veces en condiciones extremas y con las carencias de medios de producción constantemente denunciadas.
Y ya que están por la labor de conceder medallas y gratificar esfuerzos, ¿por qué no hacer real eso de que están alineadas «con el resto del personal», premiando al resto de la plantilla?
Para terminar de arreglarlo, la Dirección se vanagloria en su nota justificativa de que «RTVE reitera su compromiso con la transparencia». Ridículo si luego pasa a lamentarse de que todo se ha destapado por «una filtración en los medios de comunicación». ¿En qué quedamos? Estamos por la Transparencia, o por la condena al mensajero. No se puede hablar de «filtración de datos» cuando estos deberían ser públicos, como lo eran antes de los tiempos de Luis Fernández.
Si ponemos como ejemplo de gestión pública a la BBC, donde se publica hasta el más mínimo gasto o percepción de sus empleados y ejecutivos, resulta de muy mal gusto e hipocresía ampararse en la «ética profesional y en la normativa de Protección de Datos» para justificar el oscurantismo y secretismo con el que se ha realizado esta remuneración, con dinero público, de cargos de una empresa pública.
USO exige que todos los salarios sean públicos y transparentes, bonus incluidos.
AGRAVIO COMPARATIVO
El daño ya está hecho. En un caso de manifiesto agravio comparativo a toda una plantilla que se ha apretado el cinturón durante los últimos cinco años, laboral y económicamente, para ayudar a superar la crisis. ¿Por qué ahora unos pocos son compensados y los demás no? La audiencia se gana con el esfuerzo de todos. Cómo puede premiarse por un mérito colectivo a unos gestores que han puesto en la picota a una CRTVE en la que nunca antes hubo tantos conflictos en tantas áreas y nunca antes se perdieron en los tribunales tantas demandas.
La política de «lo malo para todos y lo bueno para mí y los míos» pone de manifiesto la falta de ética y capacidad de gestión de esta Dirección. No serán tan eficientes cuando se producen filtraciones de «datos sensibles». Los datos no llegan solos a los medios de comunicación. Lo más curioso es que a la prensa únicamente cita a dos directivos, de manera intencionado, cuando hay muchos más beneficiados. Parece más bien una maniobra de ‘fuego amigo’.
USO DEFIENDE LA TRANSPARECIA REAL Y SIN EXCEPCIONES
PARA QUE LA CRTVE SEA UN SERVICIO PÚBLICO EJEMPLAR