La etiqueta europea clasifica los neumáticos en función de tres criterios fundamentales: consumo de carburante, seguridad y ruido ambiental o exterior. Los resultados, para cada uno de los tres parámetros analizados, son declarados por los fabricantes e importadores de neumáticos de cada marca, de acuerdo con los métodos de ensayo definidos en el Reglamento.
Consumo de combustible
Evalúa el nivel de resistencia a la rodadura y de qué forma contribuye a ahorrar carburante. A menor resistencia, mayor optimización de la fuente de energía empleada por el vehículo (carburante) y, por tanto, menor nivel de emisiones de gases contaminantes. La eficiencia de combustible se expresa con letras, desde la A (neumáticos más eficientes) hasta la G (mínima eficiencia). Entre estas dos hay una diferencia de medio litro por cada 100 kilómetros, suponiendo al cabo de su vida útil un ahorro de 200 litros de carburante, según datos de Norauto.
Dadas las restricciones en materia de emisiones de gases contaminantes en la Unión Europea, la venta de neumáticos de clase G quedó prohibida en 2014, y sucederá lo mismo con los de clase F a partir del 1 de noviembre de 2018.