La idea del neumático inteligente tiene su origen no muy atrás, y ha comenzado a desarrollarse a principios de este milenio. Sin embargo, son muchos ya los fabricantes que tienen proyectos en marcha al respecto. Y es que muy pronto el neumático va a ser una parte muy activa en la interconectividad del vehículo.
La principal negligencia que un conductor puede cometer sobre los neumáticos de su coche es la de descuidar su presión. Una baja presión de inflado reduce la seguridad porque merma la estabilidad e incrementa las distancias de frenado, pero además aumenta el consumo y acelera el desgaste del propio neumático.
El primer paso para controlar esto de forma automatizada correspondió a los sensores TPMS, y el Porsche 959 de 1986 fue el primer modelo en incorporar la primera versión de un sistema de este tipo. Hoy en día es un equipamiento común en cualquier vehículo.