La Comisión Europea ha incluido en el proyecto de directiva de salarios mínimos el “umbral de decencia”, propuesto por la CES, para garantizar que estos no puedan pagarse nunca por debajo del 60% de la mediana salarial y el 50% del salario medio de cada Estado miembro. Sin embargo, la Comisión Europea lo ha incluido como una guía indicativa para los Estados y no como algo obligatorio.
Desde USO nos sumamos a la demanda de la CES para que este “umbral de decencia” sea obligatorio, lo que permitiría que más de 24 millones de europeos pudieran beneficiarse de un aumento de sueldo.
Trabajadores europeos en la pobreza
Según un informe reciente publicado por la CES, los trabajadores pobres han aumentado un 12% en Europa y un 16% en España. El análisis de los datos refleja que, a pesar de la mejora de la coyuntura económica de 2010 a 2019, el porcentaje de trabajadores expuestos a la pobreza creció. Esto dejó a muchas personas en una situación de vulnerabilidad, incrementada con la llegada de la crisis del coronavirus.
Una forma de abordar una recuperación justa y resiliente es a través de garantizar unos salarios dignos para todas las personas. Como afirma la secretaria general adjunta de la CES, Esther Lynch: “una subida salarial decente para los que menos ganan en Europa debería haberse producido hace mucho tiempo e impulsaría la recuperación de la UE. No hay mejor estímulo económico que poner el dinero en los bolsillos de los peor pagados, que son los más propensos a gastarlo en empresas en dificultades en lugar de acapararlo”.
Aumentaría el sueldo de, al menos, un cuarto de los trabajadores
El establecimiento obligatorio de un “umbral de decencia” supondría un aumento en los salarios de, al menos, un 25% de los trabajadores en seis Estados miembros. Este es el resultado extraído de un análisis de la UE que refleja que España sería uno de esos seis países:
Es el momento de que el Parlamento Europeo y los gobiernos europeos modifiquen la propuesta de Directiva Europea de Salarios Mínimos para garantizar que los Estados miembros no los puedan seguir fijando por debajo del “umbral de la decencia”. Para ello, deben contar con la plena participación de los sindicatos.