Nos encaminamos hacia un entorno donde cada vez se tiende más a la personalización, ofrecer al usuario lo que realmente él desea o necesita, en el momento oportuno, y esto es aplicable tanto a la información como a otros sectores, entre ellos el de la gestión del tráfico.
La personalización requiere tecnología para poder determinar qué ofrecer a cada usuario, pero permite un nivel de servicio mucho mejor, y una eficiencia mayor en muchos aspectos.
¿Cómo se podría personalizar los aspectos relacionados con el tráfico y las carreteras?
1.- Señales adaptadas, en tiempo real, no sólo a las condiciones meteorológicas (obligando a ir más despacio cuando el tiempo no es bueno), sino también a cada vehículo (no tiene sentido exigir la misma restricción de velocidad a un coche nuevo de alta gama que a un Seat Panda).
2.- Servicios adaptados a cada usuario, en función de su ruta o trayecto, que le informen de todo lo que puede resultar de interés, tanto en relación con el tráfico (obras, imprevistos o cualquier otro elemento), como con lugares que le pueden resultar buenos para hacer una parada.
3.- Semáforos y señales que puedan distinguir entre diferentes usuarios, estableciendo prioridades para servicios de emergencia, o adaptando su frecuencia teniendo en cuenta otras señales y el tráfico exacto del momento.
Todos estos aspectos mencionados se están comenzando a implantar, de una u otra forma, en diferentes lugares del mundo, y seguro que muy pronto los veremos a pleno rendimiento en cualquier región.
Sin ir más lejos, en Copenhague han implantado una red de semáforos inteligentes capaces de identificar y priorizar el paso de autobuses y bicicletas, adaptándose a los mismos, gracias a las cámaras también instaladas.
De esta forma, son capaces de adaptar la duración de la luz verde (desde 8 a 30 segundos) en función de las necesidades reales del momento, lo que ofrece un trayecto mucho más rápido de media a ciclistas y medios de transporte público, haciendo que cada vez más gente apueste por su uso.
Una medida eficaz de aprovechar la tecnología para conseguir un transporte más sostenible.
Fuente: Tecnocarreteras