Sólo una sillita ha sido calificada como ‘muy buena’, mientras que cinco han sido señaladas como ‘muy malas’. Del resto, el 50% son ‘buenas’ y las demás deben mejorar. Estos son los resultados del Informe 2011 sobre la Seguridad de los Sistemas de Retención Infantil (SRI) realizado por diferentes clubes automovilísticos europeos.
Más del 50% de las sillitas infantiles han sido calificadas como buenas en el Informe 2011 sobre la Seguridad de los Sistemas de Retención Infantil (SRI) que recientemente se ha hecho público y que realizan anualmente diferentes clubes automovilísticos, entre ellos los españoles RACE y RACC. En los resultados de esta edición hay que destacar, además, el hecho de que solo una sillita ha sido calificada como ‘muy buena’, mientras que cinco –un 17%– han obtenido resultados tan pobres que han sido evaluadas como ‘muy malas’. Del resto, un 20% obtuvo un mediocre ‘aceptable’ y, finalmente, un 7% han quedado señaladas como ‘malas’. En este estudio se evaluaron 30 modelos pertenecientes a todos los grupos y categorías.
El objetivo de este estudio, en palabras de Antonio Lucas, coordinador de seguridad vial del RACE, “es analizar en profundidad las sillitas infantiles, y hacerlo público para que el usuario pueda realizar su compra con la máxima información posible”. Porque adquirir una sillita adecuada al peso y talla de los más pequeños, y que ofrezca la máxima garantía de seguridad en caso de accidente, es esencial. No se debe olvidar que nueve de cada diez lesiones infantiles graves o mortales podrían haberse evitado si se hubiera utilizado un sistema de retención infantil.
Según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en 2009 fallecieron sesenta niños de hasta 14 años en accidente de tráfico en España. Lo que supone alrededor del 2% sobre el total de fallecidos y un descenso de casi el 30% respecto al año 2008, período durante el que 84 niños dejaron su vida en la carretera.
Para conocer el comportamiento y las características de las sillitas infantiles, los modelos elegidos pasaron por una serie de pruebas. Primero, en el capitulo de seguridad, las sillitas fueron sometidas a pruebas de choque frontal y lateral, donde se comprobó el nivel de protección que ofrecen a los más pequeños. Pero también se analizaron otros conceptos que para los padres también son importantes a la hora de decidirse por un modelo u otro, como su instalación, las instrucciones o la facilidad o no de su limpieza.
Asimismo, en esta edición se han incorporado dos nuevos criterios de evaluación: su ergonomía (desde el confort –espacio y posición– que ofrecen a los niños, a su tamaño y peso) y su nivel de sustancias peligrosas, analizándose todos los componentes de la sillita que están en contacto directo con el niño, para detectar la posible presencia de sustancias como los fenoles, materiales ignífugos o metales pesados, entre otros.
Fuente: Tráfico y Seguridad Vial