Desde primeros de año Bégica ha adoptado medidas más severas para mejorar la seguridad vial. Así ha reducido a 0,2mg/lt (antes era 0,5) la tasa de alcohol permitida para los transportistas. Igualmente ha endurecido las sanciones a los infractores reincidentes a los que retirará el permiso de conducir y les obligará a pasar de nuevo un examen téórico y práctico y un examen médico y psicológico a aquellos que sean condenados dos veces en un periodo de tres años por excesos de velocidad de más de 40 km/h (30 km/h en zona urbana); por el uso de detectores de radar o por darse a la fuga después de un atropello.
A los conductores que no tengan residencia en Bélgica se les exigirá el pago en el acto de las multas cuando rebasen un semáforo en rojo o excedan el límite de velocidad permitido. El importe de estas sanciones es de 450 euros.