Conducir sin carnet

Yo trabajo (o, más bien, trabajaba) como conductor profesional. He conducido ciclomotores, motos, furgonetas, ambulancias, camiones y autobuses. Empecé hace 12 años, cuando me saqué el carnet de conducir de clase B, luego vinieron los A-1 y el A. Seguí con el D y BTP para, finalmente, obtener el C. Ahora tenía en mente examinarme del E.

El caso es que, en Septiembre de 2004, me multaron por conducir una ambulancia con exceso de velocidad y no hubo forma humana de evitar la multa: ni la sanción económica ni la retirada de 3 meses del carnet. La empresa nos comunicó, a mi compañero y a mí, un servicio no urgente para trasladar a una paciente al servicio de Rehabilitación. Durante el camino nos comunicaron un servicio “Código 1” (urgente, con luces y sirenas y derecho de prioridad). En la misma conversación nos indicaron que terminásemos “volando” el servicio de rehabilitación.

Así que, sin luces, hice saltar un radar camuflado. Nos paró la patrulla y nos entretuvo, de nada sirvió que por la emisora les indicara el Servicio de Coordinación de Emergencias 112 SOS-Rioja que nos permitieran continuar nuestra labor. La empresa me comunicó su idea de “hacerse cargo” de todo. De la cuantía y de los recursos, además de garantizarme un trabajo durante la retirada, si me la ponían.

Como ya he dicho, no hubo forma humana o administrativa de que una persona, desde su sillón de despacho, negociase la multa. Los agentes sólo propusieron una sanción, pero quien tuvo la última palabra fue alguien que no vio nunca nada de la situación y que, sin capacidad de juicio, decidió a ciegas mantener su interés recaudatorio y sancionador.

Pasó el tiempo y acabé pagando yo la sanción con recargo en Hacienda, la Agencia Tributaria. Y este verano, de 2006, casi dos años después. Me llegó una carta extraña. A una carta mía para consultar las fechas en que podía fraccionar dicha retirada, de 3 meses, la Jefa del Negociado de Multas de la correspondiente Jefatura Provincial de Tráfico respondió como sigue:

“A la recepción de este escrito se procederá a la anotación registral de su privación temporal de la autorización administrativa para conducir durante un periodo de 3 meses. No siendo necesaria la entrega física del carnet en esta Jefatura.”

No lo he copiado literalmente pero he intentado ser lo más fiel a mi memoria y al lenguaje administrativo normalmente utilizado por este organismo. Así que me puse malo sólo de pensar que iba a estar 3 meses sin conducir y pillé la baja psicológica (igual a la de los Guardias Civiles). Pero conduje un día, por capricho, para matar el gusanillo. No sé si os parece lógico este razonamiento pero «nunca conduje más al pie de la letra de las normas que durante ese rato que no tenía el carnet». El caso es que esa tarde me paré en un STOP, permanecí detenido un tiempo más largo de lo prudencial y me pitó el de atrás. Me moví menos de medio metro y paré, de nuevo… miré a ambos lados… y no venía nadie. ¿Nadie?

Observé, atónito, como un chico de 16 años derrapaba su ciclomotor para embestir con mi coche desviando su trayectoria una barbaridad… y tras quedarme perplejo y recibir el golpe… Me bajé y, atónito, me tocó ver al chico saltar para ponerse vertical y comenzar su particular interpretación artística. Gritaba con los brazos en alto que yo estaba loco y que me había saltado el STOP. Corrió de un lado a otro aclamando la atención popular y se hizo con un corrillo.

Yo no debía estar conduciendo ese día, según la ley, así que reaccioné bastante mal…
Reaccioné con torpeza. Cubrí rápidamente el parte de accidente y donde, mi columna, tenía que poner los datos en lugar de repetirlos puse la «palabra» IDEM. (Como en cientos de lugares y documentos oficiales hemos hecho todos). Así puse tomador del seguro, conductor y titular. Que creo que es el orden en el que están las casillas en la columna.

Y el chaval no accedió a admitir mi parte como correctamente cubierto y me montó un pollo del 15. Se adentró en mi vehículo y me sacó la llave del contacto y llamó a la Policía Local. Yo llamé a un colega para que viniera a hacerse cargo del coche, como conductor, y esas cosas.

Los locales me dijeron que no me molestase en contar mi versión, que carecería de veracidad durante todo el proceso de resolución, incluso ante un juez, donde (dijeron) dirían que yo conducía. Y yo pregunté si respetaría su presunción de veracidad el hecho de decir ante un juez que vio o confirmó algo que resultaba imposible confirmar por sus propios medios. Y que las declaraciones de los testigos oculares no podía hacerlas suyas, nada más podía ponerlas en el informe (bajo la responsabilidad del que lo declarase) y curiosamente ningún testigo, salvo una señora mayor que paseaba a su perro sin la correa, y que no fue multada por ello, dejó que se tomase nota de sus datos personales.

Me extendieron una multa por conducir durante la retirada del permiso. No me dijeron ni una palabra más. Ese amigo se llevó mi coche al taller y allí quedó hasta que se terminó mi retirada.

Al poco tiempo de eso recibí una multa por «omitir una señal de STOP», cargada con 200 euros y una pérdida de 4 puntos (creo). El caso es que ese día sentí como el mundo se me venía abajo y mi vida dejaba de tener sentido. Desde entonces estuve de baja psicológica hasta que con ayuda profesional me di cuenta de que debía seguir viviendo y trabajando mientras no se resolviera el trámite burocrático. Ambas las he recurrido, pero he dejado el trabajo cuando he visto llegar a mi casa un certificado de Tráfico. Sin leerlo ya decidí dejar el curro, no podía superarlo, no podía soportarlo. Así que estoy de baja y cada día me siento más incapaz de recuperar mi vida laboral. Y los trámites de ambas multas se “pierden” en el laberinto burocrático mientras yo no consigo volver a ser yo mismo porque aún siento el miedo a que un día me digan que no puedo conducir durante un año (a pesar de que durante 12 años esa ha sido mi profesión).

A mí los puntos me importan un bledo… se los pueden meter por donde sea, porque no los he pedido. Y no van a hacerme mejor conductor. Sólo el tiempo y los kilómetros recorridos me ayudan a conducir mejor. Pedagógicamente nadie en este mundo apoyaría una medida similar: prohibirte practicar aquello que quiero que aprendas a hacer bien.

En fin, que puede que los puntos sean tema de conversación, pero quien ya ponía antes en sus multas de velocidad a los parientes, lo seguirá haciendo. ¿Quién no ha deseado últimamente rescatar el carnet del tío, o del abuelo, para usar sus puntos? Así es que ha habido noticias de personas de más de 65 años que han reconocido multas de velocidad superiores a 160 Kms/h. Y seguramente pocos tendrían reflejos suficientes a esa velocidad.

No niego mi responsabilidad sobre mis actos, pero prefiero pagar una multa económica que quedarme un año con los brazos cruzados en casa. No creo que desviar la atención hacia otros objetivos me sirva para remediar mi propia situación. Pero a menudo es más peligroso, aunque legalmente esté dentro de los márgenes legales, circular con un vehículo de más de 12 años, o de 14, incluso de 20 años a 100 Kms/h por una autovía que hacerlo a 140 Kms/h con un vehículo de 0 (cero) a 5 años. Y es más peligroso ver pasar a un conductor con edad superior a los 65 años circulando a 100 Kms/h que ver a un joven de entre 20 y 30 pasar a 140 Kms/h. Pero hay que multar al que puede pagar… está claro.

Autor: Lothar

5 ideas en “Conducir sin carnet

  1. Nota previa al comentario, dirigida a los no iniciados: cuando un vehículo prioritario circula en servicio urgente deben indicarlo con el uso de señales acústicas y luminosas, pudiendo prescindir de las acústicas a condición de que no se incrementen las situaciones de riesgo para el resto de usuarios. Los conductores de vehículos prioritarios en servicio urgente pueden dejar de respetar normas y señales (excepto las indicadas por los agentes de la circulación, que siempre son de obligado cumplimiento) bajo su exclusiva responsabilidad. A este último punto debió de acogerse todo bicho viviente que fue tocando el tremendo caso que nos explica Alvaro.

    Alvaro: ¿qué te puedo decir? Que la historia es abrumadora. Que se corresponde con una serie de sucesos encadenados que de forma aislada no tendrían mayor importancia pero que unidos dan mucho respeto. Entiendo que la base del problema está en el momento de recibir el aviso y no poner la V1 en marcha, aunque a bordo sólo fuera un servicio asistencial. A partir de ahí, “a perro flaco todo son pulgas”. Si la historia es así punto por punto (que no lo dudo), toca hacer mención de honor a la empresa de Ambulancias por su papel de hombre invisible en todo esto. Claro, como la responsabilidad es exclusivamente del conductor…

    Sobre el asunto del permiso por puntos y si privar de la conducción a alguien que la disfruta es positivo o negativo, no sabría qué decirte. Todo este asunto de los puntos no ha salido de una sola cabeza tras una noche de fiesta. Ha sido objeto de intenso estudio psicológico y pedagógico. Nunca diré que es la panacea, porque creo firmemente que la solución está en la reeducación global de la sociedad, y no sólo en temas de Tráfico. Pero tampoco cargaré contra el sistema, porque sé que está muy trabajado, aunque sí es cierto que en algunos de sus fundamentos quizá le falta algo de conexión con la realidad.

    En cualquier caso, aunque resulte difícil reconocerlo, siempre hay que tener presente que la experiencia al volante no puede suponer nunca patente de corso para conducir de cualquier manera. Si a uno le gusta conducir, tiene que hacerlo del modo más correcto posible, moviéndose entre la seguridad y la eficacia. Y si te han retirado el Permiso, eso entra dentro del juego que aceptas cuando comienzas a llevar ruedas. Nos puede pasar a todos, y la retirada no nos criminaliza más allá de la falta que podamos haber cometido al volante.

  2. No tengo mucho que decir, una putada lo de la empresa de ambulancias, y la ley de Murphy haciendo estragos para variar. Solo darte ánimo, y que cuanto más te obsesiones es peor.

  3. Pues si, una putada y en general un cumulo de mala suerte incluyendo la obra de teatro del crio ese. Desde luego que me pasa a mi y los 4 puntos me quitaran aunque me dara igual porque igual acabo en la carcel. Porque fijo que a ese crio se le quitan las ganas de hacer una obra de teatro como esa, le meto pero delante de todos y sin ningun problema.

  4. Uno de vosotros dice:

    […] tampoco cargaré contra el sistema, porque sé que está muy trabajado, aunque sí es cierto que en algunos de sus fundamentos quizá le falta algo de conexión con la realidad.

    Y creo que esa es la clave de este sistema. Según he ido conociendo con el paso de los años el proceso de una sanción es (más o menos) el siguiente:
    -El Agente propone una sanción en función de unos hechos, amparado por un Código.
    -El Jefe de Negociado de Sanciones de la Jefatura se acoje a la «presunción de veracidad» de la que disfrutan los Agentes y cursa la correspondiente sanción.

    Por tanto no es el Agente el que te sanciona, éste sólo te informa de que va a proponer que te sancione otra persona, que está en un despacho, que no ha visto nada de nada y que nunca te verá la cara (ni tú a él). Y ahí radica una «desconexión» con la realidad, ¿cómo va a sancionar quien no sale a la calle? El Agente puede llegar a deprimirse cuando esa persona del despacho, siguiendo una cadena de mandos, le «incita u obliga» a «castigar todo lo que vea mal sin impunidad». Sin embargo seguro que todos (o casi) habremos dado alguna vez con un agente que mira para otro lado o nos informa de la sanción que nos correspondería pero no la propone.

    En todo este «embrollo» que seguro que ha sido así «punto pot punto», no me cabe la menor duda, hay un cúmulo de mala suerte. Ahora el «desgraciado» del despacho debería leer esto y meditar qué meterece la víctima de la Ley de Murphy. Si pagar por todo, como un criminal, o pagar por ello sin perder la conexión con la realidad que falta.

    Otra «desconexión» con la realidad es que las precariedades de los contratos que implican la conducción como tarea fundamental del desarrollo del puesto de trabajo siguen dependiendo de dos ministerior diferentes. Así las condiciones laborales dependen del M. De Trabajo y las cuestiones relativas al vehículo o herramienta de trabajo, así como a su uso, dependen del M. Del Interior. ¿Y cuando es un empresario el que interfiere en el uso correcto de la herramienta? ¿Qué Ministerior creéis que debería ser competente?

  5. Lo que es impresentable es que una patrulla con radar movil pare a una ambulancia y luego haga caso omiso. ¿Eran policias municipales o guardias civiles?.

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