Semana Santa 2007, crónica de un fracaso
El batacazo se gestó el día 1 de Julio de 2006, que nada tiene que ver con el tiempo de recogimiento, vigilia y procesión que la cultura Cristiana exige a sus devotos. Para quienes no tienen la memoria fresca, en aquella fecha se aprobó el carnet por puntos, solución a la siniestralidad y mortalidad vial de España, garante de la seguridad en las carreteras y herramienta eficacísima para sacar de las carreteras a los delincuentes viales (sic), asesinos en potencia (sic) y demás “hampa del volante”. Gracias al carnet por puntos y a 300 radares en autopistas, estratégicamente ubicados en rectas con logística sencilla de acceso a fibra óptica, la gente iba a dejar de matarse en las carreteras. Además se hicieron unos pequeños ajustes en la forma de computar los muertos y heridos en carretera, de tal manera que sólo cuenta como muerto aquel que fallezca en las 24 horas posteriores al accidente, para lucro de estadísticas y los seguros, que son unos grandes beneficiados de este cambio legal, puesto que menos muertos son menos indemnizaciones, y por tanto, más beneficios para el consejo de administración.
El caso es que llegadas las fechas se apreció un descenso de los fallecidos, el cual no puedo achacar al carnet de marras, o al trucaje en las cuentas porque no poseo los datos. Pero sí se observó un fenómeno. La gente conducía peor, más desatenta y en mi entorno cercano aumentaron los accidentes pequeños, tontos, únicamente con daños materiales. A partir de ahí formulé una conclusión, que el atenazamiento al volante de los miedosos y una falsa sensación de seguridad de los confiados han creado el cocktail perfecto para que se den estos accidentes.
Pasa el año, fechas de balance, y a nuestros dirigentillos Navarro y el ministro del Interior (no recuerdo si Rubalcaba estaba o no, porque hubo trasiego de carteras) y se les hincha el pecho como a los gallos del corral. Han bajado los muertos en varios centenares gracias al carnet por puntos.
Y llega la Semana Santa, primer gran éxodo vacacional de los españoles. Previo a la campaña, estrategias y objetivos. Ponemos en marcha un montón de radares nuevos en las autovías, y decimos que va a haber más de 100 muertos. Si los muertos han bajado un 15% desde el carnet por puntos, pues 109 – 15% = 93. Decimos que 100 y nos cubrimos las espaldas. El crimen perfecto, como robar a una vieja…
Pero la realidad es cruel, y se empeña en deshacer cualquier cuenta de la lechera. El cántaro se rompió hecho añicos, sólo en un día hubo 31 muertos, paradójicamente uno solo en autovía-autopista. Y se encendieron las alarmas, ya que la comparativa era odiosa y los muertos de hogaño eran más que los de antaño, aun con las estadísticas maquilladas.
Al final del operativo especial, 106 muertos (tres menos que en 2006), con sólo 15 muertos en vías de alta capacidad, que casualmente son las que concentran la inmensa mayoría de los radares.
Y es el momento de hacer balance:
Empezamos por el balance que hacen ellos:
Fracaso, fracaso de los conductores, que por alguna extraña razón se empeñan en romper sus previsiones, que no se toman en serio el carnet por puntos, que conducen más rápido, que conducen estresados. En definitiva, hablar del sexo de los ángeles.
Ellos dijeron aplicar “de libro” sus medidas para evitar la sangría de las carreteras. Y sólo la fatalidad y la “imbecilidad” de los conductores, que se empeñan en matarse al volante han provocado este resultado. Digo lo de la “imbecilidad” al albur de la campaña de concienciación de tráfico. Un poco de constructividad no venía mal. En tiempos de Franco, las campañas publicitarias de tráfico eran mucho más constructivas y debería recuperarse ese espíritu.
Ahora continúo por mi balance:
Fracaso sin paliativos de dirigentes e instituciones. Carreteras generales y secundarias con nulo mantenimiento, obras mal dispuestas, fallos muy graves de señalización, escasísima presencia de vigilancia, pero con potenciamiento de los radares. Vigilar una carretera con una cabina de radar es como educar a tu hijo con la tele para que no moleste. Nula capacidad de respuesta sanitaria ante accidentes. Todo en aras de la recaudación.
A los conductores un suspenso, aunque no lo podemos denominar fracaso. En el lado bueno ponemos que han disminuido los accidentes con alcohol, drogas y excesos empíricos graves de velocidad. En el malo ponemos que muchos han salido a la carretera tras largos periodos sin conducción, es decir, de manera torpe; y otros muchos han salido con los coches sin revisar mecánicamente como he podido constatar por los diferentes talleres que visito. Además, el cansancio ha intervenido en numerosos accidentes, y eso no es una buena noticia.
En cuanto a la presencia en los medios, tal ha sido el trompazo que nuestros dirigentes se han pegado que el día después tuvo que salir Rubalcaba ante los medios. Eso indica que ha habido un terremoto en la DGT y, bien porque la recaudación no ha llegado al limite previsto, bien porque la masa social está indignada ante el fracaso de sus medidas represivas, ha tenido que salir el máximo responsable de Interior. Su alocución, una sarta de topicazos. Nada que no supiéramos… que iban a decir. Han observado el aumento de las muertes en carretera general, con una inversión de 56 millones de euros en mejoras viales, y 36 millones de euros en señalización. La inversión es tremendamente escasa en función de lo que se recauda entre impuestos y multas.
Por otro lado, y a modo de cortina de humo, han sacado un artículo que dice que un conductor comete 45 infracciones de puntos por valor de 8300 euros. Mi pregunta es, desde un punto de vista ingenuo: Si el carnet por puntos está para sacar de las carreteras a los conductores multirreincidentes en sus conductas “gravemente transgresoras” ¿Qué hace este tío tras 45 infracciones graves en menos de un año conduciendo? ¿No fue la Guardia Civil capaz de pararle en ningún momento?
Está claro que algo falla, y son ellos.
Pero me gustaría extender mi análisis a la cantidad de muertos que ha habido en carreteras de doble sentido. En contra de lo que la publicidad dice, parece que las carreteras de doble sentido son para que vayas y no vuelvas. O simplemente para que vayas y ni siquiera llegues. Unas por su lamentable estado, otras por la forma de conducir de algunos, autoridades incluidas, son auténticos viveros de accidentes.
¿Por qué la gente ha empleado más las carreteras de doble sentido que las vías de alta capacidad? Hay que ahondar un poco, porque numerosos accidentes se han dado en carreteras que son ejes transregionales alternaticos a las vías de alta capacidad. Concurren tres factores claros:
1- La vigilancia es mucho menor que en las vías de alta capacidad.
2- Los desplazamientos suelen ser algo más cortos en kilómetros, y a la misma velocidad que en autovías se llega antes
3- La gente se ha ido de vacaciones con el presupuesto muy justo, tan justo que muchos ni revisaron el coche.
Todo esto, junto con la cada vez inferior aptitud de la gente para conducir en vías de doble sentido ha hecho que los accidentes aumenten dramáticamente. Para conducir en carretera de doble sentido hay que tener paciencia lo primero, ser ágil y directo en las maniobras, especialmente en los adelantamientos, y borrar el chip de la autovía.
Y este es el resumen de la operación Semana Santa. No se ha cumplido el dicho de que quien se murió en Semana Santa resucitó. Eso sólo pasó una vez, y en un libro de ficción dogmática.
Desde aquí dar mi apoyo a las familias de los fallecidos en las estadísticas, de los fallecidos después de las estadísticas, y sobre todo, de aquellos que quedaron con lesiones irreversibles. MI más sincero abrazo, porque en contra de lo que dicen los anuncios, ni vuestros seres queridos ni vosotros sois imbéciles.
Autor: Lothar
Sin lugar a dudas el mejor articulo que he leido sobre el gran numero de muertos que ha habido en la semana santa del año 2007. Felicidades para el autor.
Buenisimo, ha sido lo mejor que he leido sobre este tema en mucho tiempo. Que pena que esto no interese que aparezca en la tele…