Todos los neumáticos nuevos que se vendan en el mercado europeo a partir de noviembre de 2012 tendrán que estar clasificados y etiquetados en función de su consumo de carburante, adherencia al suelo mojado y nivel de ruido, según un reglamento aprobado por el Parlamento Europeo.
Al igual que el etiquetado energético europeo, el de los neumáticos se clasificará por niveles que van desde el color verde y la letra A para indicar el más alto nivel de eficiencia hasta el color rojo y la letra G de menor eficacia. Además de detallar el impacto de la rueda en la carburación del vehículo, dará información sobre el nivel de adherencia al suelo mojado y el ruido externo al rodar.
A partir del 1 de noviembre de 2012, los fabricantes de neumáticos para coches de los tipos C1, C2 y C3 tendrán que informar de todo ello a los consumidores y también deberán figurar estos datos en los folletos promocionales de tipo técnico, incluyendo los que se cuelguen en internet. Únicamente estarán exentos de esta obligación los neumáticos de los todo-terreno y de los coches de carreras.
Además, para fomentar la fabricación de ruedas más silenciosas, el Parlamento Europeo ha planteado diseñar un pictograma sobre el ruido que se indicará por un número creciente de ondas sonoras. Así, por ejemplo, cuando el ruido sea inferior a 68 decibelios, en la etiqueta figurará una onda blanca y dos negras con el número de decibelios.
Neumáticos defectuosos
La crisis económica está provocando que los conductores españoles retrasen las revisiones de sus vehículos, lo que ha aumentado el número de coches que circulan por las carreteras con sus neumáticos en malas condiciones, según un estudio realizado por Bridgestone.
Según este informe, sólo el 21% de los vehículos inspeccionados en los talleres circulan con todos sus neumáticos «en condiciones óptimas de seguridad» tanto en lo que se refiere a presión como a la profundidad del dibujo.
Bien a la medida,siempre y cuando no sea excusa para aumentar de precio los mismos, que ya nos vamos conociendo todos… a rio revuelto, sinvergüenzas que salen a flote.