La USO ha venido trabajando para representar y trabajar por el conjunto de ciudadanos, es decir, por aquellos que tienen trabajo, por los que teniéndolo lo han perdido y por aquéllos que optan a encontrarlo por primera vez. Reducir el papel de un sindicato a la defensa de los que tienen trabajo sería un error en el que la USO no ha querido caer.
Cuando desde la USO criticamos las cifras de desempleados que da el Gobierno y la realidad que emana de los propios datos oficiales -19,7% de tasa de paro los que supone más de 4.600.000 desempleados-, lo hacemos no por una cuestión estadística, sino pensando en las personas que desaparecen y para las cuales no se presupuesta ninguna medida.
Con los actuales datos de nuestro mercado de trabajo y una reforma laboral impuesta a los trabajadores, cuya finalidad consiste en abaratar el despido y por tanto cómo engrosar más las cifras de parados, y con la que se incrementará la temporalidad, creemos desde la USO que hemos llegado a una situación en la que es necesario decirle al Gobierno que esto no sirve.
No hay mejor medicina que la preventiva, por ello desde la USO no entendemos cómo los sindicatos presentes en el diálogo social han permitido que lleguemos a esta situación: un decretazo que recorta derechos fundamentales de los ciudadanos, una reforma laboral que no servirá para generar empleo, y el anuncio de un recorte de nuestras pensiones para el último trimestre del año.
Ante la necesidad de convocar una huelga general, que ya debería haberse materializado, desde la USO esperamos que no camuflen los graves problemas de nuestros conciudadanos en el marco de convocatorias europeas y confronten con el Gobierno para frenar estos ataques a los trabajadores y trabajadoras, practicando la transparencia e informándoles de que es lo que han negociado, cuáles han sido sus propuestas, y que harán para corregir esta situación.
