Ruego disculpas anticipadas si este relato de mis vivencias entre dos épocas diferentes en cuestiones de Tráfico, carece de poca coherencia en su estructura, pues mi profesión nunca fué la literatura.
AYER
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Nos situamos en la década de los 60, nuestro parque automovilístico se nutria de los archiconocidos Citroën 2 CV-Dyane, Seat 600-800-850-124-1400-1500, Renault 4-4, 4L-Dauphine-Ondine-Gordini, Barreiros-Simca 1000-Dodge Dart, Biscuter Voisan, Gogomobil, David (3 ruedas), Kappitan, Isseta, Authi Morris, aparte de los importados por gente pudiente y poderosa y normalmente conocidos popularmente como «Haigas», pero esos eran de otra galaxia.
La gasolina estaba a unas 5-6 pesetas el litro y cuando subía 1 ó 2 pesetas, que siempre se hacía a las 12 de la noche del día en cuestión, se formaban unas colas en las gasolineras dignas de una batalla épica.
En esos tiempos no existia la represión que hoy hay en Tráfico, se multaba de manera lógica a quien se saltaba una norma de persona civilizada, como saltarse un semaforo en rojo, ó un adelantamiento salvaje donde no se podía adelantar, vamos lo normal para una convivencia segura.
La gente se hartaba de en su tiempo libre, coger el cochecito y salir de las ciudades por pocos kilómetros, sin un destino predefinido, simplemente por el placer de ir a ninguna parte y disfrutar del cochecito que con tantos sudores se habían agenciado, después de pasar por ir motorizados con las Montesa, Bultacos, Guzzi, Ossa etc.
Había un gran respeto entre los conductores, hasta el punto que era habitual que alguien le diera un bollazo a nuestro coche aparcado, y cuando ibamos a recogerlo encontrarnos con una nota en el parabrisas, donde se nos pedía disculpas por el tropiezo y los datos del causante para responsabilizarse de la reparación del estropicio.
Hay que tener en cuenta que hasta 1966 no se obligaba a nadie a la contratación de un seguro, y no por ello eramos asesinos ni sirvengüenzas, los que si lo son es las mismas compañias de seguros avaladas por el propio Estado, aunque la mayoría de conductores lo tenían de forma voluntaria en compañias especializadas como DAP y CAP. En esas cosas si se ha notado un gran cambio en la sociedad actual…..pero a peor, hoy no se respeta a nadie y pasarse de listo es de lo más habitual, yo particularmente siento que hemos perdido esos valores y los hemos cambiado por los nefastos de endiosar al capital…..pena de personas que estan en esa situación.
Otro de los asuntos polémicos se refiere a la utilización de los cinturones de seguridad, no recuerdo bien si fué por los 70 ó los 80, cuando nuestras Autoridades decretaron la obligatoriedad del uso.
Antes del decretazo, había conductores entre ellos yo mismo, que llevabamos instalado el cinturón en el 600, yo concretamente me lo abrochaba siempre que iba circulando por carreteras con buen firme del tipo Redia, pues el 600 lo podía llevar a unos 100 km/h, pero nunca por carreteras sinuosas que transcurrian por desniveles en sus lados, debido a que he visto salidas de carretera y el coche dando tumbos y lo primero que se abren son las puertas del mismo, expulsando al conductor al exterior y en más de un caso hacerse solo unas magulladuras, y en otros casos ver al conductor atado con el cinturon como una trampa y sus ojos abiertos de como quedan en los cadaveres.
Con ello no pretendo decir que hoy día no sean necesarios ni prudente no utilizarlos, lo unico que digo es que tanto el cinturon de seguridad como el casco en los motoristas, el utilizarlos solo debería ser patrimonio de la propia persona, pues ningún tercero sufriria las consecuencias de no llevarlo, solo el conductor y pasajeros del vehículo.
A mi no me vale que el «Papa Estado» a través de su funcionariado, me decreten por Ley si yo tengo que morir ni como tengo que hacerlo……que eso lo regula el Destino. De nada me sirve que se me diga que el 99% de los casos de accidentes se han salvado gracias al uso del cinturon…….¿Y si yo ó tú somos ese 1% que se aplasta por quedar atrapado? ¿A quien vamos a reclamar?……¡¡Ya esta bien de jugar con el Destino de cada uno!!
Como ejemplo de la arbitrariedad del Destino tengo un caso muy cercano, concretamente mi gran amigo y padrino en mi boda.
Resulta que regresaban de Alicante a Madrid, su esposa, dos hijas pequeñas y él mismo, en su Citroën Dyane6 y a 100 km. de Madrid observó que en la cuneta había detenido un camión Pegaso con un pinchazo, mi padrino de boda al verlo buenazo él, se detiene detras del camión, baja para prestar su ayuda al camionero……y cuando todavía no había recorrido 10 mts. oye un estropicio enorme que al volverse ve una imagen dantesca, otro camión se había echado encima del Dyane6, que había su esposa con el cinturón puesto y en el asiento trasero sus dos pequeñas hijas sin cinturón. Pues bien, las pequeñas salieron disparadas como obuses a través del parabrisas delantero y fueron a parar a unos 15 mts. de distancia con grandes heridas del vuelo inesperado…..su esposa atrapada con el cinturón muerta en el acto. Esas niñas pasaron por varias operaciones en quirofano, pero hoy día las dos son madres y viven felizmente. El Destino fué ese ¿¿¿Que funcionario puede decretar la vida de una persona???
Con respecto a la DGT, debería ser como antes, cuando la Guardia Civil era respetada, querida y alabada por las personas de bien, estaban a cualquier hora y circunstancia cuando se les necesitaba y si, multaban también, pero a quien de verdad se lo merecía, hay que entender que las normas son necesarias sino queremos que reine la anarquía como pasa en la India ú otros paises orientales.
Otro ejemplo, a principios de los 60 yo iba con mi 600 de viaje hacía Andalucía y por tierras de Albacete donde había unas rectas interminables pero llenas de bádenes, y en consecuencia antes de llegar al báden existia prohibición de adelantar, por la existencia del báden y en un hipotético caso no verse un coche ó camión en sentido contrario por estar oculto en el interior del báden.
Voy detrás de un camión y éste me enciende la luz verde que llevaban antes, pero cuidado que esa luz solo era indicativo de que el conductor del camión se había percatado de la presencia de un vehículo detrás, y cuando pudiera ser indicaba vía libre para adelantar con el intermitente derecho.
Yo hice mal y adelante cuando vi la luz verde, tuve suerte y no venía nadie de frente, pero más adelante estaba la pareja de los motoristas de la GC y me pararon.
Era un GC de los de antes, es decir alto, fornido, con un gran mostacho de bigote y una cierta edad. Me recrimino con muy buenas palabras y se puso a buscar algún articulo del código que fuera más favorable para mi, encontro uno que eran de multa 150 pesetas y fué el que me aplico. He de decir que el hombre estaba bastante compungido por tener que multarme, pero que lo hacía por mi bien, pues eso me haría recordar en otra ocasión y pudiera salvarme de un accidente…..Si señor, esa multa la he recordado siempre y jamás he vuelto ha incurrir en otra infracción de tráfico, exceptuando las memeces que imperan con las normas actuales.
Si el semáforo esta en rojo…….NO SE CRUZA
Si no se puede adelantar por falta de visibilidad…..NO SE ADELANTA
Si no se puede aparcar…….SE BUSCA OTRO SITIO PARA HACERLO
Si hay un STOP…….SE DETIENE
Si hay que cambiar de carril……INTERMITENTES
Si hay preferencia de otros…….SE LES CEDE SU PREFERENCIA DE PASO
Si la vía tiene unas características concretas……SE ADECÚA LA VELOCIDAD EN ESA VÍA
Para todo eso no es necesario ni Código de circulación, solo se necesita Sentido Común.
EN LA ACTUALIDAD
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Lo que antes era placer conduciendo, hoy se convierte en obsesivo y peligroso, sobre todo cuando nos desplazamos a lugares no habituales, porque cuando lo hacemos por donde conocemos la situación, mecánicamente y automáticamente hacemos la ruta con una cierta tranquilidad, el caso grave es hacerlo muy esporádicamente por otros lugares y mucho más si éstos son completamente desconocidos.
No exagero cuando digo que en mi persona y en esos casos, me encuentro muy excitado y a disgusto, como si tuviera todos los números de la tómbola para ganarme un percance. Voy rodeado de artefactos como el navegador con funciones de avisador de radares, el OnlyYou con su Merlín S, Bolígrafo-espia con cámara y sonido incorporado por si me topo con el sheriff de turno, mis dos ojos con riesgo de que se queden bizcos, uno en la carretera y el otro no da abasto:
Observación de coches dudosos camuflados, idem de puentes con trípodes, cada pórtico, túneles, tramos de medición…..esto es de locos y han convertido al Estado como Sociedad Anónima, que hasta llegan a presupuestear las multas que se van a imponer.
A todo esto se ha venido formando un ente de personas y empresas alrededor de las desgracias del automovilísta que roza la inmoralidad, me refiero a las propias agrupaciones de Tráfico de las distintas comunidades, a las empresas quitamultas, a ciertas gestorías que tienen mano ancha para los trámites en Tráfico, a cambio de untar a los funcionarios de turno para que éstos hagan desparaecer por arte de magia los expedientes afines a estas gestorias…..en fin corrupción hasta las cejas. Los de el film «La Escopeta Nacional» eran párvulos al lado de estos artistas requisadores de lo ajeno.
Hoy lo malo también ocurre porque hay infinidad de conductores que si les ponen una sanción de 100€, hacen la cuenta de la vieja y piensan que con el descuento del 50%, se les queda en 50€ y lo toman como un aumento del peaje que hay que pagar y así vamos subiendo y subiendo y más subiendo los gastos de nuestra existencia.
Desconozco si hay moraleja a estas ideas, pero lo que es diáfano como el cristal es que lo anterior ya no vuelve y a un servidor se le han quitado las ganas y el placer de conducir con el presente Rol.
Saludos y gracias por vuestra atención.
¡Felicidades Ancamo!
Me ha gustado mucho tu artículo. Me ha resultado muy ameno y clarificador, especialmente las comparativas de ambas épocas y ese asunto «del destino», porque en efecto, estos dirigentes corruptos y mamarrachos que padecemos, se quieren meter hasta en nuestra vida, que es también nuestro destino.
¡Qué se vayan todos ellos al infierno! (que más de uno se encontrará allí a algún pariente que le haga compañía).
En mi opinión debería ser de lectura recomendada para todos los conductores. ¡Ah!, y de lectura OBLIGADA para el «Sr.» Pere Navarro y sus secuazes de la DGT. Tal véz así aprendan algo de provecho, cosa que a estas alturas… dudo ya muchísimo.
Saludos a todos.
Muchas gracias Esteban, por lo menos he intentado trasladar desde un punto de vista en primera persona, los cambios tan brutales que vamos padeciendo en nuestro día a día, y quien no haya conocido lo anterior pueda tener unos elementos de juicio para no creerse nada de nada «Las Doctrinas» de los Fariseos y mentirosos de la Administración.
Saludos
Yo no he vivido los años 60 (era muy pequeño y no me acuerdo) pero si tengo conocimiento de los 70 y 80 cuando mi padre me transmitía «cultura automovilística», donde mi padre disfrutaba y me contagiaba el disfrute de hacer una «conducción deportiva» que nada tiene que ver con una conducción irresponsable, donde con aquel 124 aprendí a hacer el doble embrague, donde me gustaba hacer el punta-tacón, donde me gustaba sentir en todo momento si el coche tendía a «irse de manos o de culo», donde en una palabra aprendí a disfrutar de la conducción.
¿Y que tenemos ahora? borregos llevacoches que no conductores, unos por miedo a que si «conduces» en vez de ir aborregado te puedan multar, otros simplemente porque nadie les ha enseñado a conducir, con unas carreteras en las cuales pensamos que siempre hay un «francotirador» del radar oculto esperando a cazarnos en algún despiste, por muy idiota que este sea.
Ayer tuve que hacer 400Km por cuestiones de negocios, y me di cuenta de una cosa… cuando antaño conducía mi visión estaba puesta en la lejanía, tenía controlados los coches que tenía delante, los que tenía detrás y la carretera lo que la vista daba al fondo… ahora en modo «borrego» me he dado cuenta, lastimosamente, que mi vista está un 40% del tiempo en el velocímetro, y que el 60% restante se encuentra fija en el coche que llevo delante, el que llevo detrás Y PUNTO… ya que este continuo «miedo» a perder de vista la agujita de marras hace que no te concentres en la carretera, en lo que en ella hay y por lo tanto, luego, tener más papeletas de ser otra «victima por distracción» que tanto parece ser que aparece ahora.
¿Nadie se ha parado a pensar que hace unos años solo nos vendían víctimas por exceso de velocidad y ahora la mayoría son por distracción? ¿Que está pasando? pues pasa lo que arriba expongo, no se puede estar continuamente mirando una aguja por miedo a que si te pasas 10Km/h en un adelantamiento te vayan a multar.
Muchas gracias Esteban, celebro sea de tu satisfacción mis pequeñas vivencias y la forma que tengo de observar entre esas 2 épocas.
Solo pretendía a las nuevas generaciones, hacer ver que lo que antes era blanco, hoy no tiene porque ser negro y de aquí a 40 años se volverá a repetir la historia….y las personas de hoy lo explicarán a sus nietos.
Saludos