El primer ministro británico, David Cameron, ha anunciado un plan para la privatización parcial del sistema de carreteras principales británicas que prevé destinar directamente a las empresas concesionarias una parte del impuesto de circulación que recaude el Estado.
En un principio no se prevé la instalación de peajes, pero las carreteras que estas empresas construyan para aliviar el tráfico de las ya existentes sí que podrán ser de pago, al igual que las ya existentes a las que se añadan más carriles.