Conductores bien informados, carreteras seguras, ahorro de energía, menos contaminación… Es el futuro inmediato que propician los Sistemas Inteligentes de Transporte (SIT), basados en la integración de las tecnologías de la información y de las comunicaciones, tanto en el vehículo como en las infraestructuras, que proporcionará a los usuarios una mayor capacidad de criterio para elegir la mejor manera de hacer un viaje.
Desde hace 25 años, los sistemas inteligentes de tráfico (SIT) se han ido incorporando poco a poco a nuestras vidas. Se trata de un conjunto de aplicaciones prácticas que integran las tecnologías de la información y de las comunicaciones, tanto en los vehículos como en las carreteras, de manera que permiten mejorar la seguridad vial, la gestión del tráfico y del transporte y la capacidad del usuario para elegir de forma inteligente de qué manera puede hacer su viaje. Precisamente, se acaba de incorporar a nuestra normativa la Directiva europea sobre SIT, que fija los ámbitos y acciones prioritarios sobre las que se centrarán los esfuerzos de normalización y coordinación en la Unión Europea; desde el suministro de información sobre el tráfico en tiempo real, a la implantación del sistema de llamada de emergencioa, e-Call.
Algunos servicios proporcionados por los navegadores actuales y smartphones se convertirán en un futuro próximo en un sistema más completo que aconsejarán la ruta más conveniente en cada momento, la más segura, rápida y cómoda, en el idioma que seleccione el conductor; incluso, se podrá reservar el aparcamiento, o pedir hora en el restaurante.
Los denominados sistema cooperativos utilizan tecnologías basadas en las comunicaciones inalámbricas entre los vehículos, entre el vehículo y la carretera, y entre ambos y el conductor. Ya está funcionando, en fase de prueba, gracias al proyecto SISCOGA (Sistemas Cooperativos de Galicia), en el que participa la DGT (Dirección General de Tráfico), el CETAG (Centro Tecnológico de Automoción de Galicia) y el Grupo PSA.
Según el director del Centro de Control de Tráfico del Noroeste de la DGT, Ramiro Martínez, se trata de un corredor con más de 60 kilómetros de autopistas (AP-9) y autovías (A-52 y A-55), que incluye tramos muy sinuosos, túneles y una variedad de condiciones climáticas, como niebla, lluvia o hielo y cuenta con un amplio equipamiento de SIT, con un anillo de fibra óptica, cámaras, estaciones meteorológicas del alta precisión, paneles de mensaje variable, esta ciones de toma de datos y unidades de comunicación. Es el laboratorio donde veinte vehículos debidamente equipados están probando que el sistema es capaz de establecer la comunicación y avisos entre los vehículos (datos de velocidad, frenadas de emergencia, etc) y la carretera (obras, lluvia, etc).
Además del Grupo PSA, ya hay otros fabricantes, como Mercedes, que quieren realizar test de los sistemas cooperativos embarcados en sus coches. Según Ramiro Martínez, “los fabricantes, que son los que comercializarán los futuros coches con equipos inteligentes, parecen dispuestos realizar la mayor parte de la inversión”.
La inversión en SIT, principalmente a cargo de la Administración por tratarse en gran medida de sistemas de control semafórico, alcanzó en 2011 los 400 millones de euros. Sin embargo, según el secretario general de ITS España, Jaime Huerta, hay un importante mercado privado de sistemas inteligentes en relación con el automóvil, que crece año tras año, y multiplica por 4 ó 5 los importes destinado por la Administración. “Pasará de ser el principal inversor y del mercado SIT, a jugar un papel de impulso y control de un marco de desarrollo estable y, en su caso, frene iniciativas perjudiciales para la movilidad de los ciudadanos”.
En este sentido, Federico Fernández, subdirector general de Tráfico y Movilidad de la DGT, admitió en el XII Congreso de Sistemas Inteligentes de Tráfico, celebrado a finales del pasado mes de abril en Madrid, que la Administración está en retirada en la información final que recibe el usuario. “Es un mercado para operadores privados, y las redes sociales y de usuarios parece el camino”. No obstante, señaló, la mayor amenaza es que todo sea impuesto por el mercado y no podamos elegir la solución mas ventajosa. Y alertó del riesgo de distracción de algunos dispositivos, por lo que insistió en la necesidad de que el conductor “mantenga la vista en la carretera, las manos en el volante y la mente en la circulación”.
Por ello, la tecnología se ha de orientar a promover y facilitar conductas seguras al volante, desde información a bordo a la supervisión del estado del conductor (cansancio, fatiga, alcoholemia…). Aunque, naturalmente debe perfeccionarse cómo se facilita esa información y en qué momento, con el fin de no crear distracción. Al fin y al cabo, no se pretende sustituir al ser humano al volante, aunque ya se están poniendo a punto un coche que conduce solo.
Parece ciencia ficción, pero en poco tiempo el coche sabrá quién lo conduce y pondrá nuestra emisora favorita; adaptará la velocidad si tenemos algún tipo de limitación o es nuestro hijo quien conduce y es novel. Al llegar a un peaje nos preguntrá si lo carga a la tarjeta habitual. Incluso avisará de que por la zona por la que circulamos se encuentra un conocido nuestro y nos preguntará si queremos que se comunique con él para tomar un café en el área de descanso… Y si se produce un accidente, el sistema facilitará a los grupos de emergencia el grupo sanguíneo, o si tiene una prótesis… ¿Ciencia ficción?.
Fuente: Tráfico y Seguridad Víal