Hiriko, el coche eléctrico que presentamos a primeros de año como la movilidad del futuro, tras su presentación y buena acogida que tuvo durante su lanzamiento en Bruselas, ha dejado de ser un proyecto para convertirse en realidad tras ser visto recientemente por algunas céntricas calles de la ciudad de Bilbao mientras era filmado para el rodaje de un documental.
El coche biplaza, cien por cien eléctrico, se está fabricando en tierras vascas, concretamente a las afueras de Bilbao y pasará a comercializarse en el año 2013. Inspirado en la movilidad sostenible, ideal para la ciudad por su fácil maniobrabilidad y estacionamiento, en principio, pinta bien pero aún nos queda por descubrir su precio definitivo y lo más importante, el coste de su mantenimiento y las prestaciones que aporta en seguridad activa y pasiva.
Un vehículo que dependiendo de sus características técnicas habrá que encuadrarlo en el tipo de vehículo que le corresponda. Si hablamos, además, de unas limitaciones como dimensiones, plazas, autonomía y velocidad, habrá que saber también qué autorización para conducir le será válida y si serán necesarias unas prácticas previas a la adquisición del vehículo y obtención de su autorización para ponerlo en marcha, debido a su peculiar maniobrabilidad, en especial, su estacionamiento.
Unas ruedas provistas con motor independiente capaces de pivotar en ángulo recto, hacia los lados y girar 90º sobre su propio eje, moverse lateralmente y estacionar en paralelo para facilitar el aparcamiento en espacios reducidos utilizando una especie de Joystick requiere de unas habilidades similares a las técnicas utilizadas en simuladores pero no para mantener una conducción real y consiguiente dominio de los mandos del vehículo.
Un vehículo preparado para circular por ciudad y que funciona exclusivamente con electricidad tiene que darse a conocer mucho antes de su puesta en marcha. Una nueva movilidad como es el coche eléctrico supone un cambio de mentalidad en la conducta de los peatones que tienen que compartir el mismo espacio. Por tanto, los peatones tienen que saber a qué tipo de vehículo se enfrentarán por las calles para poder identificarlos. La facilidad de movimiento y escaso ruido de estos vehículos puede provocar en los peatones el efecto sorpresa ante la posibilidad de no ser reconocidos.
Los beneficios que aporta el vehículo eléctrico pueden traducirse en una alternativa al transporte convencional con una tecnología en desarrollo que promete aplicar una fuente energética renovable a un elemento muy utilizado en la vida cotidiana, como es nuestro desplazamiento en coche, además de contribuir con el cuidado del medio ambiente que también se traduce en beneficios económicos.
Fuente: Circula Seguro