Automovilistas Europeos Asociados (AEA considera que la medida anunciada por el ministro del Interior de reducir el límite genérico de velocidad en las carreteras secundarias de 100 a 90 km/h es una medida “poco meditada” y
“constituye un fuego de artificio para desviar la atención sobre el lamentable estado de nuestras carreteras”.
Hay que recordar que AEA ya rechazó esta medida cuando fue planteada el pasado verano por Pere Navarro, anterior director de la DGT, ya que la mayor parte de los accidentes en la red secundaria se producen por salidas de la vía y colisiones frontales y no por la velocidad.
Nuestra red de carreteras tiene una extensión aproximada de 165.000 kilómetros, de los cuales el 90% constituye la red
convencional de carreteras de una sola calzada. Actualmente, las carreteras convencionales cuentan con una velocidad máxima de 100 km/h en las vías con arcén de más de 1,5 metros de ancho, límite que se reduce a los 90 km/h en las que no cuentan con un arcén de esta anchura.
Según AEA, “este dato tiene una gran importancia porque si resulta que la mayoría de los accidentes se producen en carreteras sin arcén, esta medida sería ineficaz ya que en estas vías el factor velocidad permanecería sin atacar al no
cambiar el límite”.
Y, sin embargo, se reduciría el límite de velocidad en aproximadamente 63.000 kilómetros de carreteras, en los que
en los últimos diez años los automovilistas han reducido su velocidad media de circulación. Así, de los 90,4 km/h a
los que se circulaba por la red convencional del Estado en 1999 se pasó a 78,8 km/h en 2010.
Además, AEA advierte que la ecuación menor velocidad igual a menos accidentes no siempre se ha cumplido en este tipo de vías. Así, por ejemplo, en 2004 cuando la velocidad media era de 86,3 km/h se produjeron en la red convencional del Estado 8.460 accidentes con víctimas; al año siguiente, la velocidad media aumentó en 1,1 km/h y los accidentes bajaron a 7.924.
Y se ha dado también el efecto contrario: en 2006 la velocidad media era de 86,2 km/h y se contabilizaron 7.065 accidentes, un año más tarde la velocidad media se redujo a 85,8 km/h y los accidentes aumentaron a 7.544.
Por eso, desde AEA creemos que la medida propuesta debe madurarse un poco más para que nadie piense que el gobierno confunde “la velocidad con el tocino”.