Reflexiones sobre el vehículo eléctrico

Hace tiempo que no tratamos el tema del vehículo eléctrico y en estos días parece o da la impresión al menos de que el tema se quiere relanzar. Voy a escribir acerca de mi experiencia con este tipo de vehículos y los pros y contras con los que me he encontrado. He conducido tres modelos de Nissan, Citroen y Renault (este último apenas unos minutos en una exhibición) . No voy a entrar en las peculiaridades de cada uno sino que voy a tratar el tema como un todo uno.

En el lado positivo llama la atención que los acabados van estando al nivel de sus homólogos equipados con motores convencionales de explosión o de combustión, la primera impresión al ponernos en marcha es que estamos en el salón de casa jugando con la consola pues a la ausencia de ruidos nos acompaña un panel lleno de lucecitas que parece sacado de una película de serie “B” de ciencia ficción de los años ´80. Los primeros metros se hacen con celeridad debido a la gran ventaja aportada por el motor eléctrico que está ofreciendo par desde el primer momento y no hay que esperar a que suba de vueltas; mientras no demandemos grandes prestaciones este tipo de vehículos son ideales para desplazamientos por ciudad y salidas al extrarradio; si queremos jugar con el vehículo en zonas reviradas las carencias comienzan a hacer acto de presencia en gran medida debidas a la utilización de neumáticos de bajo rozamiento que hacen que los subvirajes sean constantes a nada que queramos dar un poco de alegría a nuestra escapada y respecto al equipo de frenos decir que es correcto sin más pero que con este tipo de neumáticos poco podemos esperar por lo que hemos de anticipar la frenada con bastante antelación.

En todo caso éste no es el modo habitual que ha de emplear el conductor de uno de estos vehículos pues tras un periodo de adaptación se empieza a jugar con las lucecitas del panel viendo la autonomía que nos queda en función de la presión y alegría en el acelerador y, muy importante, el saber frenar con el motor para que el vehículo recargue las baterías al mismo tiempo que decelera . Y es que este es su gran talón de Aquiles por más que quieran meternos este tipo de transporte por los ojos sin decirnos toda la verdad sobre él, la autonomía varía escandalósamente no solo en función de nuestra presión sobre el acelerador y en nuestra capacidad de saber hacer la recarga en frenada sino que algo tan imposible de controlar para nosotros como la temperatura exterior influye notoriamente en la autonomía final.

Por encima de 25º jamás lograremos “llenar” nuestra batería al 100% pero es que a unos 40º y con una batería nueva en perfecto estado no pasaremos de un 80% en el mejor de los casos. He tenido en mi panel una autonomía de 180 Km. recién recargado el vehículo para en cinco minutos bajarme a 90, el pecado fue salir a M40 y ponerme a 130 Km/h. , si acto seguido ahuecas un poco el pedal se ve como los Km. de autonomía van subiendo y respiras al comprobar que no te vas a quedar tirado por ahí buscando un alma caritativa que te preste un enchufe doméstico así por las buenas. En todo caso y mimando el acelerador la autonomía mayor la obtuve con el Citröen pero no llegué a completar 100 Km por poco y casi me quedé tirado en la M30 a un paso de mi centro de trabajo que es donde teníamos en prueba estos vehículos.

Otro problema es el tema de las recargas nocturnas, en mi ciudad en concreto hay cuatro puntos contados aparte de los experimentales de mi centro de trabajo pero ¿cómo abordar el tema en un garaje comunitario? , en mi caso y durante los días que tuve estos vehículos me las apañé gracias a que mis plazas de garaje están flanqueadas por columnas que disponen de toma eléctrica y pulsador de encendido de luces del garaje (un lujo, oiga) , no tuve que disimilar mucho el cable de alimentación pero, ahora pensemos : ¿qué comunidad puede consentir que un día si y otro también un vecino “meta” más de 50 Kw/h en su vehículo durante toda la noche? ; esto va a ser la tónica general en las comunidades donde un vecino tenga uno de estos vehículos y quiera recargar a costa de los demás vecinos, los pifostios que se van a montar van a ser de antología y quizá alguno llegue a las manos, tal y como está el personal de quemado hoy en día no sería de extrañar.

También tenemos un tema que tratar : el bajo coste del Km. recorrido ¿bajo? , eso dicen los fabricantes pero si al precio del vehículo que ya de por si no es competitivo frente a sus homólogos tradicionales sumamos el alquiler de las baterías más el precio del Kw. de nuestro enchufe casero la cosa ya no está tan clara, también podemos comprar la batería pero …. ¿merece la pena? , en no más de cuatro años va a estar hecha unos zorros al 50% de su capacidad en el mejor de los casos y luego tenemos el tema de deshacernos de ella porque el coche eléctrico es limpio y no contamina ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ el que dijo eso debiera haber ganado el premio al demagogo del siglo, puede que porque no tenga tubo de escape alguno se crea esa falacia pero la energía que se recarga por la noche sale de las Centrales Eléctricas y por mucho que pretendan adoctrinarnos con la moda “verde” la gente palo tras palo va viendo la realidad y los molinillos y espejitos ni son tan verdes ni dan tanto rendimiento como se pretende hacer creer a la opinión pública, es más, si tan solo un 20% del parque automovilístico actual fuese propulsado con motores eléctricos nuestras centrales térmicas convencionales y nucleares estarían a tope de producción y con ello estaríamos trasladando la contaminación de los tubos de escape de los automóviles convencionales que hubiéramos cambiado por eléctricos desde la ciudad a los alrededores de los centros de producción de energía eléctrica pero multiplicada esta contaminación por varios dígitos.

También se esgrime otra falacia referida al rendimiento del motor eléctrico frente a los vehículos movidos con combustibles fósiles, pues la realidad una vez más demuestra los embustes del sector interesado en meternos el vehículo eléctrico por los ojos pues desde el mismo momento en que gira la turbina ya se están produciendo pérdidas por rozamientos en forma de calor, luego tenemos los Trafos. elevadores a la salida de las Centrales, a continuación los de transporte para terminar con los de distribución y en todos y cada uno de ellos y en los conductores eléctricos que les conectan la potencia total se va perdiendo por el camino en forma de pérdidas caloríficas, tanto es así que incluso esa energía que estamos recargando en nuestro eléctrico durante las más o menos 8 horas de carga completa se ve en parte desperdiciada por la transferencia de calor de la batería al medio ambiente mientras efectúa sus procesos químicos.

Este tema daría para bastante más pero tan solo he querido hablar de mis experiencias con este tipo de vehículos y matizar los pros y las contras. Es una opinión personal pero hoy por hoy y por lo que a mí respecta no es mi tipo de vehículo y es que además de caro su escasa autonomía hace que estés más tiempo pendiente de las dichosas lucecitas que de mirar a lo que pasa al otro lado del parabrisas , aparte de para ir a por el pan o al hiper de al lado un vehículo así de nada sirve si no dispones de uno convencional en el garaje porque salir de Madrid a pasar el finde comiendo en Segovia (afición muy habitual de nosotros los madrileños) y saber que o vas a 80 como mucho o ya puedes buscarte un alma caritativa en Segovia que te deje enchufar porque si no no vuelves no encaja con mis planteamientos de lo que ha de ser un automóvil y del servicio que ha de darte.

Autor: Motorlaz

2 ideas en “Reflexiones sobre el vehículo eléctrico

  1. Hay una aportación nueva : Ayer estábamos en «la cafeta» en uno de esos milagrosos descansos que a veces podemos permitirnos y un compañero de otro centro de trabajo que ayer bajó a por unos planos comentaba que actualmente tienen allí los vehículos para que los pruebe el personal (y un Seat Altea nuevo a pilas también) , a mí se me escapó el detalle del climatizador porque lo probé en unos días en que no hacía falta el A.A., pues bien, según él en este tipo de vehículos el A.A. es meramente testimonial ya que a fin de robar la menor energía llevan un compresor minúsculo que apenas sirve para evitar que no se vaya empapado de sudor. Estos días en Madrid no es que haga mucho calor por las tardes cuando se los llevan a casa para las pruebas y aún así tanto en el Leaf como en el C2 como en el Altea parece ser según este compañero que ha probado los tres que el A.A. sirve para no tener que llevar las ventanas abiertas y poco más.
    Es una opinión de mi compañero de trabajo y no mía pero creo que puede resultar de utilidad. S2.

  2. Nos han comentado que dentro de unos meses traerán el Leaf nuevo 2013 para que le probemos también y parece ser que han solucionado en parte el tema de la climatización en invierno ya que la remodelación 2013 incluye una bomba de calor para la calefacción. Hasta ahora era un gasto adicional carísimo pues durante la recarga ponías a calentar mediante resistencias eléctricas un tanque de fluído que lleva intérnamente y que luego si hacía falta con el vehículo en marcha calentar el habitáculo liberabas ese líquido por su circuíto de calefacción similar al de un vehículo convencional, como el líquido se va enfriando según cede temperatura se le mete un «chute» de calorías mediante las propias baterías del vehículo y el juego de resistencias (o sea, menos autonomía aún) . Este es un detalle que los fabricantes y amigos de lo verde «olvidan» mencionar cuando hablan de las maravillas del vehículo eléctrico. S2.

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