Dispositivos de emergencia de los fabricantes

A partir del 1 de octubre de 2015 todos los vehículos nuevos de la Unión Europea deberán disponer del sistema de llamada automática de emergencias, más conocido como e-Call, cuyo principal objetivo es reducir el tiempo de llegada de los servicios de emergencia y, con ello, el número de fallecidos y la gravedad de las lesiones.

Mientras la Comisión Europea trabajaba en la implantación de este sistema, los fabricantes han ido desarrollando sus propios sistemas de llamada automática de emergencia. El primero fue Renault, con su ‘Odysline’ en 1998. Hoy, Volvo (On-Call), Mercedes (Llamada de emergencia), BMW (Assist), Peugeot (Connect SOS), Citroën (eTouch), o Ford (SYNC), entre otros, ofrecen a sus clientes un sistema de asistencia en situaciones de emergencia.

Su funcionamiento es muy similar: bien de forma manual (apretando un botón ubicado en el salpicadero), o automáticamente (cuando se activa el airbag), el sistema envía una llamada al centro de emergencias de la marca con la identificación del vehículo y su localización geográfica. En función de la gravedad de la situación, el operador transmite esta llamada al servicio de emergenicias de la zona, que pone en marcha el operativo necesario. Desde el servicio 112 se advierte «que algunos de estos servicios privados, sobre todo los que operan con ‘una voz enalatada’, son incompatibles con nuestro protocolo de actuación».

La pregunta de los usuarios es sencilla: ¿En que se diferencia con el e-Call establecido por la UE? En primer lugar, el coste puesto que el e-Call será un servicio público gratuito; además, será universal, para todos los vehículos nuevos a partir del 1 de octubre del año que viene; tendrá garantiza la cobertura en todos los países de la Unión Europea; y sus llamadas serán transmitidas con prioridad absoluta por la red de telefonía.

Tienen un precio

Este sistema se suele ofrecer como equipamiento opcional incluido en un paquete (con el climatizador, radio, navegador…), y su precio oscila entre los 3.000 euros de Mercedes, hasta los 800 euros de Volvo. En el precio está incluido su uso por un determinado período de tiempo. Además, en ocasiones, el cliente tiene que realizar una suscripción y paga una cuota anual. Aunque, también los hay que «no tienen coste para el cliente y no requieren suscripción», como Peugeot, Citroën o Ford.

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Autor: Otros
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