Aunque se trata de un elemento básico para nuestra seguridad, muchos conductores no usan de forma correcta el alumbrado del vehículo, lo que aumenta el riesgo de accidente, especialmente en invierno, cuando las condiciones climatológicas y la baja altura del sol reducen la visibilidad.
Además, la mayoría de los usuarios desconoce que las luces de marcha diurna (obligatorias desde agosto de 2012) no activan las luces de posición traseras, por lo que no somos visibles desde atrás. Tampoco se usa correctamente el sistema de encendido automático del alumbrado, que no se acciona si hay claridad, aunque la visibilidad sea reducida (por ejemplo, cuando hay niebla o lluvia durante el día).
Autocasion.com te da 6 claves muy sencillas para usar las luces del coche:
1.- Si ves la sombra de tu propio coche, enciende las luces. Si al conducir vemos delante o por los laterales la sombra de nuestro coche, es porque el sol está muy bajo y produce deslumbramiento al resto del tráfico. Para que nos vean bien (tanto quienes nos preceden como los que circulan de frente), es imprescindible encender las luces de cruce.
2.- Si necesitas bajar el parasol, enciende las luces. Es el mismo caso que el anterior, pero a la inversa.
3.- Si entras en un túnel, enciende las luces. El sensor automático que enciende las luces tiene un leve retraso de encendido, por lo que, durante unos instantes, somos invisibles y, además, los coches con luz de marcha diurna no encienden el alumbrado trasero, por lo que no nos ven.
4.- Si llueve, enciende las luces de cruce. Aunque sea de día (el sensor de luces automático no las enciende), la lluvia reduce la visibilidad. Nos verán mejor si encendemos las luces de cruce, no las de posición ni las de marcha diurna.
5.- Si hay niebla, enciende las luces de cruce. Al igual que con lluvia, aunque sea de día no se nos ve correctamente. Encender las luces es prioritario. La luz de niebla trasera es muy molesta por la noche y sólo debe utilizarse si la niebla es muy densa y la visibilidad muy escasa.
6.- Apaga la luz de niebla trasera. La mayoría de conductores desconocen que la luz de niebla trasera se enciende independientemente de las de niebla delanteras porque resultan más molestas. Por la noche debemos apagar la luz de niebla trasera si llevamos un coche cerca y nos ve suficientemente bien con la luz de posición. Además de deslumbrar y molestar al conductor que nos sigue, el brillo del piloto antiniebla hace que las luces de freno de nuestro coche apenas destaquen, por lo que percibirán más tarde cuando frenemos, lo que aumenta el riesgo de sufrir un accidente por alcance.