El aire que respiramos en el interior del coche debe ser lo más limpio posible. Sin embargo, humos, polvo, polen, cenizas y otras materias nocivas formarán parte del aire que respiramos si no disponemos de un aislamiento adecuado. Para evitarlo, los automóviles incorporan los denominados filtros de habitáculo, también llamados de polen o de interior, y que en la actualidad lo incorporan de serie más del 95% de los vehículos.
Bosch, uno de los principales fabricantes de filtros para el habitáculo explica que, “durante un viaje de una hora de duración, en el interior de un coche penetran hasta 100.000 litros de aire. Ese aire que los ocupantes respiran debería de estar libre de polvo, humo, polen, cenizas u otras materias nocivas”.
Siempre en buenas condiciones.
Para que el filtro cumpla su función con máximas garantías, permitiendo que el aire que llegue al interior del vehículo sea limpio y sano, deberá estar en buenas condiciones.
Además, tener el filtro en condiciones de óptimo funcionamiento servirá para proteger el sistema de climatización, permitiendo su adecuado funcionamiento, que la calefacción y el aire acondicionado mantengan la temperatura seleccionada en el interior, además de evitar que las lunas se empañen fácilmente durante la conducción.
Filtros: sus funciones
Los filtros de aire son necesarios y deben estar en buenas condiciones. De esta manera cubrirán sus funciones principales con efectividad:
PURIFICA. El aire que respiramos en el interior del vehículo. El filtro retiene las partículas y el polvo del exterior que queda almacenado en el filtro, impidiendo que el aire se vicie.
PROTEGE. Impide que partículas perjudiciales para la salud se introduzcan en el interior del habitáculo, protegiendo a sus ocupantes de agentes infecciosos y tóxicos. Y también a los alérgicos en las épocas de polinización.
ELIMINA. Ayuda a la eliminación del vaho del parabrisas, permitiendo que el aire que entre esté seco.
LIMPIA. Mantiene limpio el sistema de ventilación para su perfecto funcionamiento y para que no se depositen partículas en los aireadores, que acaban entrando en el habitáculo.