El IPC ha registrado en febrero su mayor subida desde 1986, con una inflación del 7,6 %, dos décimas por encima del IPC adelantado. La mayor subida corresponde a los precios de la electricidad e incluso del gasóleo para calefacciones; y, después, el transporte, que ha subido casi el 13 % desde el mes pasado a causa de la subida de los carburantes.
Una inflación, no obstante, que no se debe únicamente a la energía, pues el año y medio de subidas constantes de los precios de la electricidad repercute en todos los componentes de la cesta de la compra; y la inflación subyacente, la que no computa la energía, es del 3 %.
“España necesita un modelo energético que no solo sea sostenible, sino también autónomo. Durante muchos años, la globalización nos ha hecho olvidar que somos un país muy dependiente en electricidad y combustibles, pero cualquier movimiento de tablero evidencia esa debilidad”, expone Joaquín Pérez, secretario general de USO.
El alza de precios aún no refleja los efectos de la invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia, pero el secretario general de USO recuerda que “la subida de precios de la energía no es de ahora. Está claro que la situación va a empeorar, ya hay grandes industrias parando motores, y eso puede tener unas consecuencias catastróficas para nuestro empleo. Pero no nos olvidemos de que España lleva año y medio de retraso en la toma de medidas para contener los precios de la electricidad”.
Por último, Joaquín Pérez resalta que “hablar de los efectos de la guerra en la economía, saber que muchas personas se empobrecerán en España, no puede ocultar que el drama está allí. Desde la USO queremos enviar un mensaje de solidaridad y apoyo a todo el pueblo ucraniano, y pedir una actuación internacional contundente en favor de la paz”.