Un automovilista donostiarra paga un 49% más por el impuesto municipal de su automóvil que uno de Madrid, o un 158% más que uno domiciliado en Tenerife. Pero si se compara con un automovilista empadronado en alguno de los “25 paraísos fiscales” que existen en España las diferencias pueden alcanzar hasta un 900%.
Esta es una de las conclusiones a la que ha llegado el estudio realizado por la asociación de defensa del conductor Automovilistas Europeos Asociados (AEA) que, un año más, analiza las grandes diferencias de fiscalidad que existen en los municipios españoles respecto del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) y la existencia de auténticos “paraísos fiscales”.
Una recaudación cercana a los 4.000 millones de euros
Este impuesto, creado en España hace treinta y cuatro años en sustitución del impuesto de circulación de vehículos (conocido también como “el numerito”), genera unos ingresos anuales de 3.900 millones de euros a las haciendas locales.
El impuesto se paga en función de la potencia fiscal del vehículo, en el caso de turismos; en función de la cilindrada, en el caso de las motos; y el peso y número de asientos, en el caso de los camiones y autobuses, respectivamente, de acuerdo con una tarifa mínima establecida para todo el territorio nacional, a excepción de los territorios históricos del País Vasco y Navarra.