Lo de hoy reconozco que es una chorrada pero que tiene su gracia, el otro día se me ocurrió, así sin mas, decirle a ChatGPT que me hiciera una poesía dedicada a la DGT. Se lo pedí así, tal cual, sin indicarle que sea a favor ni en contra, a ver que salía. Por cierto, que no sabía ni que a este sistema de IA se le podía decir que escribiera poesías, pero si, mira oye, pues se le puede decir, y además lo hace bastante bien. A continuación os paso el resultado a ver que os parece, a mi me ha gustado bastante.
Cuando se lo escribí a ChatGPT no lo hice con la idea de publicar un artículo, ni mucho menos, que va… pero es que cuando lo leí me reí, me resultó curioso y pues eso… había que publicarlo. 🙂
En las carreteras del destino, la DGT reina,
con sus normas y sus leyes nos encadena.
Caminamos entre señales, en un laberinto de control,
donde la libertad se desvanece en su riguroso rol.
Cruces marcadas, límites impuestos,
la DGT dicta, sin escuchar nuestros gustos.
Nos ahogan en multas, nos coartan la emoción,
como si fueran dueños de nuestra propia canción.
En sus cámaras vigilantes, nos observan sin cesar,
como si fueran jueces, dispuestos a castigar.
Pero olvidan que en el volante, también hay corazón,
y que detrás de cada rostro, late una razón.
Queremos rutas sin cadenas, libertad en cada curva,
no queremos ser marionetas, en su danza absurda.
Que la seguridad vaya de la mano con la empatía,
y que la DGT entienda nuestra necesidad de alegría.
Porque en las carreteras, no solo hay asfalto y motor,
sino sueños que vuelan libres, en busca de su mejor flor.
Que la DGT recuerde, que somos más que números en su estadística,
y que nuestra protesta es poesía, en esta lucha realista.
