«Hartazgo», «desánimo generalizado» y «discriminación profesional». Así han descrito hoy los portavoces de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y la Unión de Oficiales del instituto armado (UOGC), que han convocado una manifestación en Madrid para el 18 de septiembre, la situación en la que se encuentra el cuerpo, la «más crítica de su historia», por la discriminación que sufre con respecto a otros cuerpos policiales.
Fruto de esa desmotivación es la «bajada sin precedentes» de las actuaciones de los guardias civiles, sobre todo de las denuncias administrativas, protesta que, según manifiestan las asociaciones, ya ha tenido respuesta. «Se están pidiendo relaciones individualizadas» de los agentes que menos multas ponen, de manera oral e incluso escrita», denuncian.
Según Alberto Moya, secretario general de la AUGC, la huelga de bolis caídos, que el pasado junio supuso un descenso de multas en casi 100.000, no existe. «Es una movimiento espontáneo y unánime, que comenzó como un reguero de pólvora en la Agrupación de Tráfico y que se ha extendido a toda la Guardia Civil», asegura Moya.
Pero esa protesta, uno de «sus pocos cauces de presión» porque la Guardia Civil no tiene derecho a huelga, recuerdan, ha sido la causa de la entrada en vigor en julio del nuevo sistema de evaluación de los agentes de tráfico, que otorga dos puntos por denuncia de infracción de la Ley de Seguridad Vial. La Dirección General de Tráfico insiste en que es un sistema para evaluar la actividad media de los agentes ya que otras actuaciones distintas a las multas también conllevan puntos. Las asociaciones del instituto armado replican, sin embargo, que se está recopilando el nombre de los agentes que ponen menos multas. Fuentes de la Jefatura de la Guardia Civil de Tráfico han declinado comentar esta acusación.
Equiparación laboral con la policía
El agravio comparativo con respecto a otros cuerpos policiales se sitúa en el centro de las reivindicaciones de la Guardia Civil. «Igual que hemos sufrido la misma bajada de sueldo -del 5%-, pedimos una equiparación laboral», asegura Alberto Moya. En concreto, las reclamaciones a las que se refiere Moya son «una jornada laboral digna», en la que no trabajen, como sucede hasta ahora, 22 horas más que los miembros del Cuerpo Nacional de Policía, y que les permita conciliar la vida laboral con la familiar, ya que no existe «previsión de servicios».
José Joaquín Jiménez, vicepresidente de la Unión de Oficiales, que suscribe «punto por punto» las peticiones de la AUGC, exige a su vez la integración de escalas de oficiales. «Hay una situación de apartheid porque no hay promoción interna», denuncia Jiménez, que protesta porque los puestos de generales están reservados para miembros de la Academia General Militar de Zaragoza, sin dar oportunidad a la promoción interna. Y añade: «Nosotros solo podemos llegar a teniente coronel».
Fuente: El Pais
Si la función de la Guardia Civil de Tráfico fuera velar por la seguridad de los conductores, la DGT no estaría tan preocupada de quien multa más o menos, ya que si hiciesen lo que tenían que hacer y se preocuparan de lo que se tenían que preocupar multarian «lo que tuvieran que multar».
Pero como la preocupación de la DGT no es la seguridad, sino la recaudación presionan a la Guardia Civil para que se despreocupen de todo salvo de poner multas, así esta nuevamente puesta de manifiesto que la preocupación de la DGT es simplemente sacar el dinero de los ciudadanos.