Era un proyecto que estaba sobre la mesa desde 2012 pero que por fin se ha hecho realidad. Son solo 500 metros de una carretera en Holanda para nosotros, pero una realidad para la empresa Studio Roosegaarde, que se imagina el futuro de las carreteras del mundo con una base de pintura e indicaciones que se iluminan cuando es necesario tras pasar el día recargándose.
Ese tramo de la N329 en Holanda por ahora no incluye más que una pintura especial que se ilumina al anochecer en sustitución de la iluminación tradicional (su autonomía es de 8 horas pero no es tan eficiente como la luz tradicional por ahora), pero el objetivo de sus creadores es que haya también indicaciones “inteligentes” relacionadas con el estado de la carretera. Un ejemplo serían marcas de riesgo de placas de hielo o nieve que se “encenderían” cuando la temperatura en el asfalto fuera menor que un margen de activación fijado por el hombre.
El sistema ideado por el Studio Roosegaarde piensa en algo más grande, donde los coches conectados, los sistemas de localización y el coche autónomo tengan un papel igual de importante que el asfalto. Su objetivo es que con su ayuda, la iluminación e indicación de las carreteras sea más avanzada y reaccione con los vehículos y no al revés. Piensan por ejemplo en llevar parte de los avisos que ahora se reciben o está pensado hacerlo en los HUD, directamente a la carretera.
Por ahora, y pese a que no se trata de sistemas especialmente caros ni perjudiciales para el medio ambiente (más bien lo contrario), el apoyo desde las administraciones es el mayor escollo que se están encontrando para continuar con su proyecto.
Fuente: Xataka