España cuenta desde el 2008 con una de las coberturas más amplias del seguro de responsabilidad civil derivada de los accidentes de tráfico de toda la Unión Europea, sólo superada por Bélgica, Finlandia, Francia, Irlanda, Luxemburgo y Reino Unido. Sin embargo, las víctimas y sus allegados no eran, hasta ahora, las que recibían las mayores indemnizaciones.
Barrera legal
La razón de esta contradicción obedece a que si bien la cobertura máxima del seguro de suscripción obligatoria en España está fijada en 70.000.000 millones de euros por siniestro, existe una norma que actúa como barrera para que las víctimas y perjudicados puedan recibir una adecuada indemnización con las que paliar el daño sufrido.
Esa barrera legal es el famoso baremo de indemnizaciones, de aplicación obligatoria por jueces y tribunales desde 1995 y que en estos últimos 20 años no se había actualizado, salvo una pequeña corrección anual del IPC.
Iniciativa de AEA
Por esa razón, hace ahora más de ocho años Automovilistas Europeos Asociados (AEA) inició una campaña para que se actualizaran las indemnizaciones para las víctimas de accidentes. Como consecuencia de esta iniciativa, se formó un grupo de trabajo en el que estuvimos presentes desde su inicio y se creó una comisión de expertos para tratar de conciliar los distintos intereses en juego: aseguradoras, situación económica del país, indemnizaciones suficientes para las víctimas, etc.
El resultado de ese trabajo ha sido la elaboración de un nuevo sistema de valoración para indemnizar a las víctimas del tráfico que entrará en vigor el 1 de enero de 2016 y que en AEA valoramos muy positivamente.
Para AEA, “si bien ninguno de los que hemos participado en su elaboración hemos quedado satisfechos al cien por cien, si calificamos de éxito el hecho de haber llegado a un punto de encuentro para mejorar el anterior sistema que era demasiado rígido”.
En general, suben las indemnizaciones
No obstante, hay que aclarar que si bien en términos generales las indemnizaciones aumentan significativamente (entre un 12,8 y un 50%), puede haber determinados casos en los que apenas se note o incluso disminuyan, como es el caso de las viudas. Pero ello obedece a razones puntuales, especialmente derivadas de una mayor integración de la mujer en el ámbito laboral y las nuevas estructuras familiares.
