El aceite del motor es un elemento fundamental para conservar en perfecto estado la mecánica de un automóvil. Su misión no es únicamente mantener lubricadas las piezas sometidas a rozamientos, también debe arrastrar la suciedad que se genera con la combustión y, sobre todo, refrigerar las partes internas del motor.
Autocasion.com te advierte: intentar ahorrar en la calidad del aceite es el camino más corto para sufrir una avería grave. La diferencia de precio entre una lata de 5 litros de aceite de calidad y uno barato es, como mucho, de 80 euros. Las averías que puede generar un mal aceite pueden multiplicar por 100 ese importe. No tiene sentido pretender ahorrar 80 euros al año o cada 20.000 km (dependiendo del plan de mantenimiento especificado por el fabricante) y arriesgarnos a padecer una de estas averías, que Autocasion.com ha identificado como más usuales cuando se intenta “ahorrar” en el aceite del coche:
1.- Gripado del motor: un mal aceite puede no soportar las exigencias de nuestro motor y generar grumos, espumas o disoluciones que obstruyen los conductos de lubricación o eliminan las propiedades antifricción del aceite. El resultado más extremo es que alguna de las bielas o los pistones se agarroten y lleguen a romper por completo la mecánica. Un motor nuevo tiene un precio medio de 4.000 euros, pero en casos concretos se puede multiplicar por dos o por tres este importe.
2.- Averías con el filtro anti partículas: los vehículos diésel equipados con DPF (FAP o filtro anti partículas) son especialmente sensibles al tipo de aceite que usemos. Si no utilizamos el lubricante con las especificaciones marcadas por el fabricante, lo más seguro es que acabemos estropeando la mecánica. El motivo es que en estos motores el aceite debe mantener sus propiedades pese a contener un alto nivel de cenizas y de combustible diluido en él. Una avería en el sistema de filtro antipartículas tiene un coste de entre 1.000 y 5.000 euros.
3.- Roturas de turbo: el turbo es un elemento del motor sometido a unas temperaturas extremas y que gira a muchísimas revoluciones. Si el aceite no tiene un buen aguante frente a la temperatura y se carboniza fácilmente o forma espumas que reducen la presión en el circuito de lubricación, la vida del turbo se acorta drásticamente. Un turbo nuevo puede llegar a costar 2.500 euros en el caso de los motores modernos con geometría variable eléctrica.
4.- Roturas de árbol de levas y válvulas: algunos motores son especialmente sensibles y sus fabricantes exigen unas cualidades específicas en el aceite que homologan para sus modelos. Por ejemplo, los coches del grupo Volkswagen con sistema diésel de inyección bomba sufren un desgaste prematuro de los árboles de levas si no se usa el aceite especificado. No es el único caso. Los modernos sistemas de distribución con taqués hidráulicos son muy sensibles a la calidad del lubricante. Cambiar un árbol de levas y los taqués de las válvulas supera los 1.000 euros de media.
5.- Pérdida de garantía: no utilizar el aceite recomendado por el fabricante exime a éste de cualquier avería que se produzca, con lo que tu vehículo quedará desprotegido ante cualquier problema mecánico.
Como ves, la conclusión de Autocasion.com es clara: resulta absolutamente imprescindible que el aceite que uses sea de calidad y cumpla con las especificaciones requeridas por el fabricante de tu coche, que vienen determinadas en el manual de usuario. Ahorrar un máximo de 80 euros al año no compensa frente al aumento exponencial de la probabilidad de sufrir una avería mucho más cara.
