La Cumbre del Diésel se celebró el día 2 en Alemania y en ella participaron los principales fabricantes alemanes de vehículos: Opel, BMW, Volkswagen, Dailmer AG y Ford, junto con los ministros de transporte Alexander Dobrindt (CSU) y Barbara Hendricks (SPD) y jefes de gobierno de nueve estados federados.
En el encuentro los fabricantes se han comprometido, de manera voluntaria, a reducir un 25% las emisiones de óxidos de nitrógeno, unos de los principales contaminantes en las ciudades, para finales de 2018. Para conseguirlo, se modificarán 5,3 millones de automóviles de las clases Euro 5 y Euro 6 con un nuevo software que ayudará a reducir las emisiones. Esta reforma no tendrá coste alguno para el cliente y tampoco afectará al rendimiento o las prestaciones del motor.
También se proponen financiar los cambios de vehículos por modelos híbridos con diésel, como BMW, que otorgará hasta 2.000 euros a quien cambie su coche Euro 4 por un I3 híbrido de la clase Euro 6. El resto de marcas cuentan con iniciativas similares con el fin de renovar la flota de vehículos y cambiarlos por clases Euro 6.
Alemania contaminada
Las principales ciudades alemanas se enfrentan a un serio problema de contaminación. Los níveles dióxido de nitrógeno no paran de crecer y ya se están emprendiendo acciones legales con el fin de parar la circulación. Es el caso de la ciudad de Stuttgart en la que un juez ha dado la razón a la peticion de una organización ecológica de prohibir la circulación de coches diésel en la ciudad para 2018.
Antes esta situación, los fabricantes se han puesto en pie y han decidido actuar reduciendo las emisiones, ya que según argumentan, si se extienden por Alemania las prohibiciones de circular, se destruirán grandes cantidades de empleos en el sector automovilístico.