La normativa de emisiones contaminantes de vehículos Euro7 ha sido retrasada por el Parlamento Europeo y no entrará en vigor hasta el año 2030. Este retraso en la aplicación viene de que los fabricantes europeos han puesto en duda si la electrificación masiva puede ser llevada a cabo es un espacio tan corto de tiempo como se preveía originalmente. La normativa Euro7 es muy restrictiva e iba a provocar una cantidad de inversiones demasiado alta como para hacer viables la continuidad en la comercialización de los motores térmicos.
En Europa los políticos están legislando sobre temas que se nota que no tienen mucha idea, y la normativa Euro7 era una mas, una cosa es que, sobre el papel, sea positivo que se reduzcan los niveles de contaminación y otra es que todo eso hay que llevarlo a la vida real de una forma que sea viable y con tiempos suficientes para ello. Y mas aún cuando ya los fabricantes habían invertido mucho en los motores actuales para reducir sus niveles de contaminación hasta valores que hace años parecerían imposibles.
La Euro7 hubiera provocado que los fabricantes tuvieran que realizar modificaciones enormes en sus motores hasta el punto de que prácticamente tendrían que sacar motores nuevos. Eso supone inversión y luego tiempos de amortización, así que perfectamente podría haber pasado que hubiera fabricantes que ni lo hubieran intentando ya que serían motores con fecha de caducidad debido a que no podrían ser vendidos a partir de 2035. La prohibición de venta de este tipo de motores en 2035 todavía podría estar en el aire ya que estamos pendientes de los resultados de las elecciones europeas del próximo Junio de este año.
También hay que recordar que todas esas exigencias para la Euro7 iba a tener que repercutir forzosamente en los precios y eso provocaría que se reducirían bastantes las ventas de vehículos nuevos.
Hay marcas que consideran que la idea de la electrificación total a partir del 2035 es un error ya que se cree que para ese año la red de carga todavía no estará a la altura de soportar la demanda a la que se le sometería en ciertos momentos. Es decir, y por poner un ejemplo, en una operación salida, todos los coches saldrían cargados de origen, pero, aproximadamente, tendríamos a todos intentando recargar a mas o menos los 500km de distancia, es evidente que la red no está preparada para algo así.
Por otra parte hay otra realidad, las marcas europeas necesitan tiempo para poder fabricar vehículos eléctricos que sean por precio equivalentes a Tesla y a las marcas chinas que están por venir. Hay que tener en cuenta que la economía española no está como para soportar las subidas de precio constantes de los fabricantes y va a haber muchos compradores que acabarán en el vehículo chino no por que no prefieran una marca europea si no por que no tendrán dinero para ello.
