¿Y si mi hijo me pide una moto?
Padres y madres se enfrentan a una auténtica tortura cuando sus hijos/as se aproximan a los 16 años, y atisban la posibilidad de conseguir, a fuerza de insistir una y otra vez, el soñado vehículo de dos ruedas que proporciona autonomía, liderazgo, atractivo, y en algunas ocasiones, les facilita un poquito la vida: ¡¡¡Un ciclomotor, Una moto!!!.
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