La Audiencia de Málaga ha condenado a 37 años y medio de prisión al hombre que irrumpió con su vehículo en agosto de 2008 en la calle Larios de Málaga y atropelló a varias personas. Según la sentencia, el acusado cometió cinco delitos intentados de asesinato alevoso, con la atenuante analógica de anomalía psíquica, por lo que le condena
a siete años y seis meses de prisión por cada uno de ellos.
Los hechos se remontan al 30 de agosto de 2008 cuando el acusado irrumpió en esta calle peatonal y “tras acelerar bruscamente” se dirigió contra cualquier persona que se encontraba en su camino, atropellándolas y sin dejar de acelerar el vehículo en ningún momento.
En apenas un minuto y medio, arrolló a nueve personas, de las cuales cinco sufrieron heridas graves o muy graves.
La Sala sostiene que el acusado, ex guardia civil, “intentó acabar con la vida de las cinco personas que atropelló con el vehículo que conducía realizando actos adecuados para tal fin, sin que llegase a conseguir su propósito por causas distintas de su voluntad o desistimiento”
Ahora esperemos (y deseemos) que este sujeto criminal y peligroso no salga de la carcel a pasear pasados unos pocos años, debido a uno de esos desvarios legales o judiciales que lo permiten aún en casos tan graves como el que se señala. Porque, quién sabe, igual le dan una amnistía de esas tipo «socialista y descerebrada».
Y es que en este país, no olvidemos, al delincuente se le trata a menudo como al justo y viceversa.
Parece como si algunos se vieran ellos mismos reflejados en un espejo cuando tratan con estos degenerados, y les produjesen lástima. ¡Ya basta de indulgencia con los criminales y delincuentes!