Un reciente estudio desarrollado por la consultora ATKearney sobre inversión sostenida en infraestructuras ha vuelto a poner sobre la mesa el importante problema de inversión en conservación de carreteras que ocurre en nuestro país: Mientras que en países de nuestro entorno se invierte en torno a los 120.000 € para mantener cada kilómetro de carreteras, en España esta cifra baja hasta la mitad.
Las causas para esta baja inversión son bien conocidas por todos, por una parte es un gasto cómodo de reducir, debido a que las consecuencias no se ven reflejadas a corto plazo sino a medio, y por otra parte, la enorme red existente en España (de buena calidad), hace que se necesiten muchos recursos económicos para su mantenimiento, lo que no siempre ocurre en época de crisis económica.
El gran problema que ocasiona reducir la conservación de carreteras es que, no sólo supone una importante reducción de la seguridad en las mismas, sino que además, obliga a medio plazo a acometer acciones más complejas y costosas en las vías. Es decir, no gastar 5 a tiempo lleva a gastar 50 pocos años después, con lo que supone aumentar un problema que es imprescindible atajar a tiempo.
Un debate paralelo, aunque también necesario plantear, es el de invertir bien los recursos con los que se cuente, para lo cual es imprescindible contar con sistemas tecnológicos que ayuden a los gestores a conocer el estado exacto de la vía, y a determinar dónde emplear más eficazmente los recursos. Sólo conociendo qué se tiene y cómo se tiene, es posible determinar y priorizar las acciones a tomar, y para esto, en un sector tan complejo como el de las carreteras, los sistemas tecnológicos son un aliado imprescindible.
Esperemos que esta reducción en el mantenimiento y conservación de carreteras sea algo pasajero, que no provoque problemas importantes, y que poco a poco los gestores vuelvan a tomar conciencia de la importancia de nuestra red viaria, de su correcta conservación, y de que en este sector, es importante hacer un esfuerzo.
Fuente: Tecnocarreteras