No se si será un rumor, fijo del todo desconozco si se llevará a la práctica, pero parece que el gobierno francés quiere implementar la presencia de radares de velocidad instalados en coches particulares. Las primeras quejas de asociaciones automovílistas francesas ya han llegado, y es que aunque es un mal negocio para el resto de conductores, hay que reconocer que no está mal pagado, concretamente a razón de 1.500€ al es por un trabajo de 6 horas diarias en recorridos prefijados.
El gobierno francés ha estado ya probando esta idea en algunas pocas regiones francesas, asi que les debe ir bien ya que la intención es que para el año 2023 haya entre 400 y 500 vehículos particulares recorriendo y sancionando por las carreteras francesas. El gobierno quiere sacar a concurso público el trabajo de la selección de conductores y que sean empresas privadas las encargadas de buscar los mejores candidatos.
Las rutas, de varios cientos de kilómetros al día, serán elegidas por las autoridades en base a criterios varios entre los que se incluirán indices de peligrosidad, siniestralidad y accidentes. Se intentarán buscar los tramos mas peligrosos o los que mas accidentes ha habido en los últimos años.
El motivo que dan las autoridades francesas para querer llevar a cabo esta nueva jugada recaudatoria es el de dificultar la identificación de los radares móviles por parte de los conductores, evitar el bandalismo contra los radares fijos y sobretodo el poder dedicar a la policia a otras tareas de seguridad víal también importantes como controles de documentación, alcohol o drogas.
Lo malo de estas cosas, que mas de uno pensará que lo de Francia ni nos va ni nos viene, es que España gusta mucho de copiar a Francia y no habría nada que extrañar que al final veamos esta nueva idea estar plenamente operativa por las carreteras españolas.
