¿Es posible diferenciar entre aquellos conductores que están prestando atención a la conducción de otros que únicamente tienen la mirada fija en la carretera?. El gigante tecnológico Intel está convencido de que sí, y para ello está desarrollando un novedoso proyecto que pretende ser capaz de interpretar la actividad cerebral del conductor, y permitir que el vehículo actué en consecuencia del nivel de concentración del mismo.
El proyecto utiliza una técnica para el escaseado del cerebro llamada espectroscopia funcional de infrarrojos cercanos, para tratar de medir la carga de trabajo actual del cerebro de un conductor y determinar hasta qué punto se está prestando atención al tráfico. El sensor utiliza una luz infrarroja para penetrar un par de cms en el cerebro y grabar su actividad. Los datos resultantes se combinan con otra información como dónde está mirando el conductor, para decretar su estado de alerta en la carretera.
La ideal del proyecto se basa en que, algunas veces cuando conduces miras la carretera y prestas atención, pero otra miras la carretera y no se la prestas, y entre estos dos escenarios, ocurren unas pequeñas diferencias a nivel cerebral, que se pueden averiguar mediante las medidas que se toman de la actividad mental y visual. Tras averiguar el estado del conductor, los coches del futuro podrían ser capaces de realizar ajustes en los controles para hacer que el conductor esté atento, o proporcionar un mayor/menor control a las medidas de seguridad como el frenado automático o el control del carril.
Aunque la investigación de Intel se centra inicialmente en la aplicación de este análisis mental a los conductores y vehículos (por ser un entorno controlado fácil de medir), el objetivo de la compañía es poder aprovechar los resultados del proyecto en otros escenarios también de gran importancia, como el proporcionar sistemas que faicliten la vida cotidiana a personas con problemas de movilidad.
Fuente: Tecnocarreteras