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Las distracciones al volante son causa de un elevado número de accidentes de tráfico, y dentro de estas distracciones, las provocadas por el uso del teléfono móvil son cada vez más habituales. Para tratar de solucionar este problema, en Reino Unido están probando una novedosa tecnología que busca detectar los teléfonos activos – que se están usando -, para combinándolos con cámaras inteligentes, poder hacer foto a los vehículos cuyos conductores están utilizando el teléfono móvil al volante.

El 59% de los conductores que habían cometido alguna infracción presentaron además test positivos a drogas ilegales, así como un 33% de los conductores evaluados en controles preventivos, sin cometer infracción previa. Estos son los datos que se desvelan, tras los resultados de las 75.000 pruebas realizadas por la DGT en 2015 y que fueron puestos en conocimiento por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en rueda de prensa celebrada el pasado 4 de enero del presente año.

Cada conductor debe encontrar ‘su’ posición al volante, adaptada a su anatomía y a su vehículo, para conducir relajado sin renunciar a la seguridad.

Un estudio de Fundación Línea Directa, realizado en colaboración con Fesvial y Centro Zaragoza, y titulado «Mayores de 65 años al volante: ¿peligro real o mito social?», trata de analizar a fondo los problemas que plantea en la conducción este grupo de edad.

Ya han pasado unos dias desde que pudimos observar lo bien que predican con el ejemplo nuestros gobernantes, concretamente esta vez ha sido Rosa Valdeón (vicepresidenta de Castilla y León) la que se une a una lista de políticos trompas al volante que según pasa el tiempo cada vez es mas extensa. Esta vez la buena señora ha mezclado alcohol con medicamentos y velocidad, buena combinación para un tipo de gente que debería predicar con el ejemplo.

Automovilistas Europeos Asociados (AEA) ha recibido con preocupación los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses en su memoria sobre “Víctimas mortales en accidentes de tráfico” del año 2014, en donde se revela que el 39,09 por ciento de los conductores fallecidos en los accidentes de tráfico analizados dieron positivos a alcohol, drogas y/o psicofármacos.

El sueño al volante supone uno de los mayores peligros en la conducción, debido a que los conductores no siempre actúan, parando el coche y descansando, ante las primeras señales de somnolencia que manda el organismo, y en ocasiones, si el sueño se apodera del conductor, las consecuencias pueden ser fatales.

AEA considera que el problema de las drogas en la conducción debe ser abordado como una cuestión de sanidad pública ya que tiene todas las características de una epidemia y  no sólo desde una perspectiva de la seguridad vial, en la que sólo tengan cabida medidas sancionadoras. Así, por ejemplo, proponemos, entre otras medidas: La exigencia de análisis clínicos que permitan detectar el abuso de drogas en los reconocimientos médicos obligatorios para obtener o renovar el permiso de conducir. La obligación legal de los facultativos de notificar a las autoridades de tráfico la detección de enfermedades incompatibles con la conducción. La incorporación obligatoria de dispositivos en vehículos de nueva matriculación dentro de la UE que impidan la circulación de conductores que hayan ingerido cualquier tipo de sustancia psicoactiva. La incorporación en la legislación penal de programas de deshabituación a las drogas, como pena sustitutoria de las de prisión o multa.

La Fundación CNSE, Confederación Estatal de Personas Sordas, ha elaborado, con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y la Dirección General de Tráfico (DGT), el espacio web «Drogas y Conducción. Una mezcla explosiva». Se trata de una página con contenidos en lengua española, tanto de signos como escrita, cuyo objetivo es prevenir a las personas sordas sobre los peligros que entraña al volante el consumo de alcohol y otras drogas.

Parafraseando a Obélix, el personaje creado por Goscinny y Uderzo, diríamos: «¡Están locos estos conductores!». Porque ¿cómo definir, sino como pequeñas locuras, acciones como liar un cigarrillo al volante o elegir una canción de la lista de reproducción del ‘smart phone’ o conversar por whatsappa 120 km/h? Por no hablar de quien lee libros o periódicos, maneja su tablet, contesta esa llamada urgente, lleva la contabilidad del negocio o toma notas soltando el volante… Y si somos conscientes de que es peligroso, ¿por qué lo hacemos?.

El dolor, la limitación del movimiento articular e, incluso, las deformidades que provoca la artrosis puede dificultar los movimientos al conducir. Además, durante los episodios agudos, el dolor puede limitar aún más esa movilidad y, por ello, durante esos períodos se debe conducir con precaución, o no hacerlo, si así se lo recomienda el médico. El facultativo y el paciente deben analizar las repercusiones que en la movilidad (como conductor y como peatón) tiene la enfermedad.