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Como último artículo de esta serie titulada «¿Y quien les denuncia a ellos?» tenemos el típico ejemplo de coche parapetado detrás de algun tipo de señal de autovía que sea lo suficientemente grande como para disimular, que ahí no se puede aparcar salvo que sea por avería del vehículo que lógicamente pues cuando un vehículo se avería pues cae donde cae y que cumpla con su función de disimular como que de un vehículo averiado se tratase.

Pues aquí tenemos otro ejemplo que continua la serie de artículos con el mismo titulo y que una vez mas se ve claramente como todo vale a la hora de sacarle todo el dinero posible a los conductores. Esta vez el «todo vale» se lleva al extremo de que se han metido en el parking privado de una empresa.

Tercera entrega de la serie «¿Y quien les denuncia a ellos?». Esta vez vemos como para maxímizar la eficiencia de la noble arte de expoliar al pueblo se ponen a robar a mano armada mano de radar móvil en un arcéb, bien disimuladitos para que el menor número de conductores posibles se enteren de lo que están haciendo y de esa forma el expolio al pueblo sea el mayor posible. Una vez mas todo vale a la hora de expoliar al pueblo.

Pues siguiendo un poco con el primer artículo de mismo titulo que trataba de como un radar móvil para recaudar mas eficientemente estaciona en una parada de bus, escribimos este segundo artículo con una foto en la que se ve que todo vale para recaudar fondos y tambien vale perfectamente el estacionar encima de la acera. Todo vale a la hora de recaudar mejor y lograr que en plena crisis los conductores lo tengan mas dificil aún para llegar a fin de mes.

Recibo esta foto a modo de queja, fue tomada por lipnik, usuario de Lazo Gris. Con ella este usuario se queja de que para poner un radar movil para expoliar al pueblo todo vale, y tanto que vale todo que hasta se permiten ponerse en una parada de bus y amparados en que así disimulan mejor, ya que nadie se pensaría que se ponen con radar móvil en una parada de bus, pues asi logran realizar mejor su objetivo expoliador y de robo al pueblo a mano armada de radar móvil.

Cada vez son más numerosos los españoles que viajan al extranjero como destino para sus vacaciones. Y cada vez más los que utilizan su automóvil como medio de transporte para trasladarse fuera de nuestras fronteras. De los más de diez millones de viajes turísticos que realizaron los españoles al extranjero en el año 2006, el 32,5% se realizó en automóvil.

En principio parece una decisión útil a la sociedad pero…. vemos como en plena crisis se gasta el dinero innecesariamente en cosas como está mientras que el resto de los ciudadanos cada vez lo tiene mas complicado para llegar a final de mes.

Estos días, por desgracia, he tenido que conducir en horas punta y hacer ratos de retenciones. Mirando a la gente de los otros vehículos para pasar el aburrimiento me he dado cuenta que hay muchísima gente que lleva el reposacabezas mal regulado, tanto conductores como acompañantes.

Érase un pueblo de gente sana donde la gran afición de su juventud era la vida sana y el hacer footing, todo el mundo salía los días de buen tiempo, incluso aquellos días de mal tiempo a correr por las calles de este maravilloso pueblo, la gente era feliz y todos vivían sanos en buena armonía…. ¿todos? No mas bien había un pequeño grupo de personas insanas, amantes de la buena mesa y el mejor beber, que odiaban a muerte el correr y aquello que sonara a vida sana.

Un titulo muy fuerte el que he escrito como inicio de este artículo pero es que es la cruda realidad de lo que está pasando aquí. Solo interesan los muertos, pretenden bajar los accidentes en puntos negros en base a poner un radar móvil con una patrulla de la guardia civil o de las policias autonómicas, nadie arregla los puntos negros, la atención sanitaria en caso de accidente llega tarde mal y nunca, solo piensan en ellos, en recaudar mas, en comprar mas radares, todos los conductores vemos como juegan con nosotros y solo buscan nuestro dinero.

No quiero ni pensar, ni tan siquiera imaginarme, el sufrimiento de los padres que pierden a sus hijos en esos malditos accidentes pero que, además, son sus hijos la causa o el motivo del accidente. Entonces, en muchas ocasiones, los padres se convierten en los responsables económicos de las indemnizaciones a pagar a las familias de las víctimas producidas. Autor: Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.