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Un interesante artículo publicado en la web ITS International (de título Speed limits: is 20 really plenty?) se centra en la eficacia de reducir la velocidad a la que van los vehículos para mejorar la seguridad vial.

En el Pais Vasco, y siempre refiriendonos a lo que mayoritariamente tenia la gente contratado, no hablo de que quien quisiera tener mas pagando mucho mas, el cable de Euskaltel podía haber supuesto una auténtica revolución. La pena de toda la evolución histórica hasta nuestros días es que de la revolución que pudo haber supuesto Euskaltel liderando el acceso internet en el País Vasco hemos pasado a fundamentalmente la fibra hasta domicilio de Movistar, seguida del repliegue conjunto de Vodafone y Orange, como los tres operadores que tiran del carro actualmente en lo que al acceso a internet de banda ancha se refiere.

El pasado año, 177 radares fijos del Servei Català de Trànsit(SCT) sancionaron a 1.033.180 conductores por sobrepasar los límites de velocidad establecidos en las carreteras catalanas, según revela un estudio realizado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

Las autoridades de transporte de Londres han tomado la medida de reducir la velocidad máxima permitida en las calles del centro de Londres a 32 kms/hora (20 mph) con el objetivo de mejorar la seguridad vial en las mismas. Esta medida se engloba dentro del ambicioso proyecto Vision Zero que busca reducir al máximo el número de accidentes en la carretera.

Aunque tiene ya un tiempo aquí tenemos una gran campaña de tráfico hecha en Nueva Zelanda para concienciar al conductor de que hay que respetar los límites de velocidad ya que los demás conductores pueden cometer errores y hay que estar prevenido en todo momento para evitar el accidente y poder frenar a tiempo. Un spot publicitario muy interesante y que pone un ejemplo muy claro de lo que puede ser un accidente perfectamente evitable.

En la Universidad Politécnica de Valencia han desarrollado un nuevo sistema para controlar la velocidad del tráfico, con algunas importantes ventajas respecto a los sensores tradicionales. Por una parte, el modelo consiste en unas espiras magnéticas dobles capaces de controlar tanto la velocidad a la que pasan los vehículos, como su longitud, todo ello con un margen de error bajísimo, de sólo un 6 % (frente al margen de error cercano al 20% de los sistemas similares, o al precio muy superior de otros sistemas que dan menos margen de error).

El Proyecto de innovación RESALTO, financiado con fondos de CDTI, está siendo desarrollado por la empresa FCC y el centro tecnológico LEITAT, con el objetivo de desarrollar elementos viarios sostenibles para la reducción de la velocidad.

Cada vez son más numerosas las sentencias judiciales que están condenando a la Dirección General de Tráfico a anular o reducirlas multas económicas y la detracción de puntos impuestas por superar los lí-mites de velocidad, al noaplicar correctamente los márgenes de error de los radares.

Desde el 29 de enero de este año los conductores españoles tendrán que levantar el pie del acelerador en las carreteras convencionales. El Gobierno ha modificado el Reglamento General de Circulación con el objetivo de fijar la velocidad máxima para turismos y motocicletas en estas vías en 90 kilómetros por hora.

Los sistemas de adaptación inteligente de la velocidad (ISA) han sido una línea de trabajo muy presente en Europa desde finales de los 90 encaminada, principalmente, hacia sistemas de limitación y aviso de la superación de la velocidad legal.

El gobierno francés ha aprobado una serie de medidas contra los accidentes de tráfico, que no ha parado de crecer desde 2014 y que ha alcanzado 3.477 fallecidos en 2016. Edouard Philippe, el primer ministro galo, ha sido el encargado de anunciar un paquete de 18 medidas definidas entre los distintos ministerios y donde la más polémica es la reducción de 90 a 80 km/h de la velocidad máxima en carreteras con doble sentido de circulación no separadas por una barrera física. La iniciativa entrará en vigor desde el próximo 1 de julio y afectará a unos 400.000 kilómetros de vías, en los que durante 2016 se registraron el 55% de los accidentes mortales en carretera (1.911 fallecidos).